1. Servir en la Misa: Ser activo y
participar de alguna manera sirviendo en Misa, es una de las mejores formas de
experimentarla al máximo nivel posible la presencia de Dios. Hay muchas maneras
de permitir a todos la oportunidad de servir, ya sea un lector, siendo ministro
extraordinario de la Comunión, músico o cantante, llevar la cesta entre los
fieles al momento de recibir las ofrendas. Nunca subestimes nada esto, puede
sorprenderte el efecto que puedas recibir para tu bienestar.
2. Reza con fervor: La misa es
un verdadero encuentro personal con Jesucristo, Señor y Salvador. Es la fuente
de nuestra vida como católicos, sin embargo, la oración es la fuente de nuestra
vida espiritual sobre una base diaria. Incluso si es un rápido “Demos gracias a
Dios” o un “Gloria”, cuando estás por salir de la casa, eso prepara tu corazón
y dirige tu enfoque hacia Él. Pídele a Dios que te hable. Pídele a Dios que se
revele ante ti. Pídele a Dios que te ayude a verlo y escucharlo en la Misa. Él
responderá.
3. Escucha de verdad y
atentamente: ¡Si, es verdad!, como todos, habrás escuchado muchas veces partes de la
Misa durante toda tu vida, pero si no eres cuidadoso con el tiempo, pueden
llegar a convertirse solo en palabras. Las palabras recitadas
son inútiles sin un significado sincero. Escucha las palabras dichas en la
Misa, permite que las palabras de las oraciones y el Credo sean el grito de tu
corazón y la proclamación de tu fe.
4. Conoce la Biblia: No solamente
debes leer las lecturas de la Misa de cada día, estudia de verdad la Biblia,
para entender como son tomadas las partes de la Misa directamente de las
Escrituras. Estúdiala a fondo y verás cómo la Misa puede transportarte a un
tiempo diferente, una vida diferente, un encuentro diferente con el Salvador.
Cuando te tomas el tiempo para explorar el contexto histórico y la cultura de
las lecturas que se escuchan en la Misa, cuando reflexionas sobre su
significado en tu vida, cuando logras entender mejor lo que estas escuchando en
la Misa y aplicarlo a tus propias situaciones, es entonces cuando comienzas a
«ver» a Jesús en la Misa y a «escuchar» su voz.
5. Participa: Canta las
canciones, profesa tu fe en el Credo con gran ardor, pronuncia el Gloria a viva
voz y da tus ofrendas con alegría. Nunca sacarás nada provechoso de la Misa si
no comienzas a participar en serio.
6. Llega temprano: Llega entre 5 y
10 minutos antes, así tendrás tiempo para orar un
momento, sentarte en silencio delante de Dios, y retraer tu mente antes de
celebrar la Misa. Al llegar temprano, también evitas el ajetreo y el estado
estresante de apresurarse a Misa para llegar a tiempo o un par de minutos
tarde, y tratar de calmarte lo suficiente para escuchar bien la Misa.
7. Obtén la ayuda de un
santo: Aprendamos de quienes nos han precedido, ya que ellos han allanado el camino
y son los grandes expertos en la materia. Lea sobre la vida de los santos y sus
creencias, interacciones y puntos de vista de la Misa. Se sorprenderá al saber
de sus historias sorprendentes de conversión y que fueron personas normales
como tú y como yo, pero que permitieron que Dios entrara en sus vidas,
haciéndola extraordinaria. Entonces, entenderás como ellos veían la Misa, como
escucharon y vieron a Jesús en la Misa, y que obtuvieron de ello, reza y pide
por su ayuda, para que la experimentes como ellos lo hicieron, para ver lo que
vieron y escuchar lo que escucharon.
8. Aceptar y abrazar las
imperfecciones: Seamos honestos, en la Misa, algunas veces te encontrarás bebés
llorando, personas irrespetuosas hablando, gente que no viste adecuadamente o
que no actúan como se espera. Puede que haya momentos de errores, tal vez esa
persona sentada a tu lado o detrás de ti, no pudo cantar una sola nota afinada,
o algunas otras personas a tu lado, hablaban de sus asuntos personales mientras
el Padre leía la homilía. Cuando se encuentre distraído por algunas de estas
cosas, siga adelante, ayúdate con un crucifijo, fija tus ojos en él, y en silencio pida
a Jesús por estas personas, pídale a que lo ayude a enfocarse y a que lo
coloque de nuevo donde tiene que estar: centrado en Él.
9. Prepárese con tiempo: lea las lecturas
antes de ir a misa, rece antes de salir de casa y discuta con familiares o
amigos sobre las lecturas y lo que puede reflexionar y aplicar en su vida antes
de participar de la Santa Misa.