sábado, 3 de diciembre de 2022

POR QUE ES TAN IMPORTANTE ORAR

 Este artículo publicado en Facebook, por la página Catholiclink, escrito por Panlo Perazzco, y les quiero compartir.

Cuántas veces, los que tenemos cierta práctica de oración, nos lamentamos, incluso nos recriminamos diciendo: «No he rezado lo que debía», «me faltó mi rosario», «hubiese querido rezar más», etc.

Y cuántas veces, al acercarnos al confesionario, hemos pedido perdón al Señor, por haber sido displicentes con nuestra vida de oración, y dedicarle tan poco tiempo para una relación personal de amor que necesitamos.

Les quiero compartir algo que estuve meditando y rezando sobre esa necesidad que tenemos, como personas de fe, de rezar.

Sabemos que la oración es como el oxígeno, que necesitamos para vivir

la oración, Una manera distinta de entender por qué es tan importante rezar

Sin la respiración morimos. Con las justas, nos aguantamos un minuto. Así mismo, nos sucede con la comida o el agua. No podemos pasar muchos días sin comer al menos un pedazo de pan, y ni qué decir del agua.

Entonces, si es algo tan claro para nosotros, que la oración es fundamental, y difícilmente crecemos en nuestra vida cristiana sin rezar, entonces, ¿por qué no la tenemos como lo primero y más importante cada día de nuestras vidas?

Cuando no lo hacemos, nos cuesta mucho más el combate contra nuestros pecadosNos volvemos superficiales en nuestra relación con Dios.

Nos vamos olvidando el amor que estamos llamados a vivir. Y finalmente, se nos acaba esa gracia del Espíritu, que nos permite reconocer a Dios como nuestra Padre, amar al prójimo como Jesús nos ama y cargar las cruces de la vida.

Estamos llamados a dar gloria a Dios

la oración, Una manera distinta de entender por qué es tan importante rezar

Como hijos de Dios, nuestra vocación principal, es glorificar a nuestro Señor. La liturgia, que es el culto público que rendimos a nuestro Padre, en Cristo, a través del Espíritu, es la forma como eclesialmente, glorificamos a Dios.

Es el primer mandamiento: amar a Dios sobre todas las cosas. El segundo, también nos invita a esa actitud: guardar el domingo y días de fiesta.

Sin embargo, muchas veces, ponemos nuestras cosas antes que Dios. ¡Ojo! No me refiero a cosas sin importancia… muchas veces, tenemos tantas responsabilidades apostólicas, necesidades en el trabajo, preocupaciones familiares, o quehaceres urgentes… que posponemos la oración.

Por supuesto, no les quiero decir que dejen sus responsabilidades por rezar. Lo que debemos hacer, hay que hacerlo. Es parte de la vida. Son compromisos y responsabilidades que exigen toda nuestra preocupación y atención.

No obstante, Dios es lo primero y es necesario que pongamos en la balanza nuestras prioridades.

Cambiemos el «tengo que rezar» por «voy a adorar a mi Señor»

la oración, Una manera distinta de entender por qué es tan importante rezar

¿Qué les parece si en vez de pensar «tengo que rezar», pensamos «voy  a tener un encuentro hermoso con Dios»?

Voy a dejar un momento mis deberes y a ofrecer con libertad, voluntad y amor un rato de oración, de moritificación o de penitencia.

Si se dan cuenta, ya no estoy enfocando la oración —simplemente— como algo necesario, sino como un acto de mortificación, una penitencia.

Me cuesta «la vida» dejar esta responsabilidad laboral, apostólica, familiar… sé que debo poner todo mi corazón en eso… Pero, por amor a Dios, voy a renunciar a ese deseo, por más auténtico y correcto que sea.

Renunciaré a hacer o cumplir esa meta apostólica de la manera perfecta como me interesa a mí, porque la gloria a Dios es lo principal.

La práctica de la mortificación como ejercicio espiritual

la oración, Una manera distinta de entender por qué es tan importante rezar

En el mundo que vivimos, incluso, en la manera como nosotros —cristianos— entendemos nuestra lucha espiritual, creo que hemos abandonado mucho esta práctica tan básica y tradicional de la espiritualidad cristiana.

Quizás la idea de que usos como el silicio o prácticas para mortificar la carne, hayan sido propias de un momento histórico de la Iglesia, nos hagan pensar que ya no es tan necesario cultivarla.

¡Nada más lejano a la realidad! Esa práctica religiosa de la mortificación es tan básica y esencial como la oración. Lo que les invito es a que entendamos la oración misma, como una práctica de penitencia o mortificación.

En el sentido que expliqué arriba. Como una renuncia que hacemos a nuestras responsabilidades para poner en primer lugar, de modo efectivo, la oración.

Si además, a esto le sumamos el hecho de que nuestra cultura actual recalca tanto el sentirse bien, el guiarse por el capricho y los gustos personales, así como creer que la felicidad está en la ausencia del esfuerzo, del dolor y cualquier tipo de sacrificio…

Podemos entender un poquito mejor, por qué se nos hace difícil esa renuncia voluntaria de la libertad, para dedicar minutos del día, al encuentro y relación con Dios.

Recemos por amor y no por deber

la oración, Una manera distinta de entender por qué es tan importante rezar

Quisiera dejarles una última pastillita espiritual. Quizás les pueda ayudar comprender nuestra vida de actividades espirituales —los sacramentos, el rosario, la lectura de las Sagradas Escrituras, lecturas espirituales, coronillas, etc.—como un acto de amor a Dios.

No lo entendamos como algo que responde a un mero «sentido del deber». Fruto de un cumplimiento burocrático de algunos deberes mínimos para estar a la altura de un cristiano promedio. Eso es lo más absurdo que podríamos pensar.

El llamado que nos hace Cristo es siempre a la vivencia del amor. La perspectiva cristiana de la vida es, fundamentalmente, el amor.

Si no entendemos nuestra vida espiritual, nuestra relación con Cristo y las responsabilidades como cristianos, desde ese llamado esencial, entonces algo está mal comprendido.

Algo está mal en nuestra relación con Dios. Hemos dicho varias veces, como la esencia de la vida cristiana es la relación personal de amor con Cristo. Desde esa vocación brota el sentido del deber. Si amamos a Dios, entonces cumplimos sus mandamientos.

Finalmente, pidamos al Señor su gracia, su fuerza y la acción del Espíritu, para que podamos vivir lo que hemos reflexionado.

Si dependiera solamente de nuestras fuerzas, todo esto sería literalmente imposible. Pero Dios, para quién no hay imposible, nos da las fuerzas para vencer cualquier situación.

martes, 1 de noviembre de 2022

DIA DE TODOS LOS SANTOS

 

1 DE NOVIEMBRE 

SOLEMNIDAD DE TODOS LOS SANTOS

Dios es santo, y él es la fuente de toda santidad. Al darnos su Espíritu, puro amor que obra en nosotros, nos santifica. Todos estamos llamados a ser santos desde el bautismo. Infinidad de hombres y mujeres, reconocidos o anónimos, dejaron que Dios transformara su vida para hacerla fecunda en frutos de amor. 

Hoy es un buen día para conmemorar a las personas que pasaron por nuestra vida como señal del amor de Dios.

"Los santos no son superhombres, ni nacieron perfectos. Cuando conocieron el amor de Dios, le siguieron al servicio de los demás."(Papá Francisco)

"La santidad no consiste en hacer cosas extraordinarias, sino en hacer cosas ordinarias con amor y con fe." (Papa Francisco) 

“El camino a la santidad comienza dejándonos vaciar y transformar por el mismo Jesús, para que Él llene nuestro corazón y podamos luego dar de nuestra abundancia.” (Madre Teresa de Calcuta)

“La santidad tiene muchas formas, como la gracia que es su germen. Demos pues nuestro fruto, el que nos es propio, y démoslo a su tiempo, y no miremos los de los demás sino para admirarlos.” (Fr. Ambrosio de Lombez)

“Mi santidad y perfección consisten en una estrecha unión de mi voluntad con la voluntad de Dios.” (Santa Faustina – Diario 1107)

“Los santos son como multitud de pequeños espejos en los que Jesucristo se contempla.” (Santo Cura de Ars)

“La santidad consiste, en vivir con convicción la realidad del amor de Dios, a pesar de las dificultades de la historia y de la propia vida. El Sermón de la Montaña es la única escuela para ser santos.” (San Juan Pablo II)

"La santidad no consiste en tal o cual práctica, sino en una disposición del corazón (del alma) que nos hace humildes y pequeños en los brazos de Dios, conscientes de nuestra nada y confiados hasta la audacia en la bondad del Padre." (Santa Teresita del niño Jesús)

“Quiero ser santa, pero no a medias, sino completamente... En lugar de desanimarme, me he dicho a mí misma: Dios no puede inspirar deseos irrealizables; por lo tanto, a pesar de mi pequeñez, puedo aspirar a la santidad.” (Santa Teresita del Niño Jesús)

“Un gran deseo de ser santo, es el primer peldaño para llegar a serlo; y al deseo se ha de unir una firme resolución.” (San Alfonso María de Ligorio)

“Un santo triste es un triste santo.” (San Francisco de Sales)

“La santidad consiste en estar siempre alegres.” (San Juan Bosco)

“La santidad es muy sencilla, dejarse confiada y amorosamente en brazos de Dios, queriendo y haciendo lo que creemos que Él quiere. Los santos fueron santos, porque quisieron, con inmenso querer, ser fieles.” (Madre Maravillas de Jesús)

“La santidad no es un privilegio para algunos, sino una obligación para todos, "para usted y para mí".” (Madre Teresa de Calcuta)

“Nuestro objetivo es la santidad: ser perfectos como nuestro Padre. Nuestra santidad es guardar su Vida, aumentarla con una unión siempre más íntima con Aquel que es la fuente" (Edel Quinn)

"...sé un santo, chíflate por Cristo, sólo para esto sirve la vida." (San Alberto Hurtado)

"Santos, santos, hombres chiflados por su ideal. Para los cuales Cristo es una realidad viviente, su Evangelio un código siempre actual, su mensaje algo perfectamente aplicable a su vida y que tratan de vivirlo...hombres que se esfuercen en amar y servir a sus hermanos, como Cristo los serviría; ésos son los conquistadores del mundo."

 (San Alberto Hurtado)


Fuente:  El Amado de mi Alma

miércoles, 26 de octubre de 2022

CONSEJOS DE SAN PIO PARA UNA BUENA ORACION

 


Consejos útiles de san Pío de Pietrelcina para una buena oración

«Chico, tráeme el arma». Estas son las palabras que dirigió el Padre Pío a su hermano religioso que lo ayudaba a ir a la cama, señalando el bolsillo del hábito. Titubeando, el joven religioso le preguntó: ¿Qué arma le debo traer?…

Esta es una de las muchas anécdotas sobre el Padre Pío, un santo al que le encantaba el Rosario.

Un Rosario… ¿desastroso?

Cuenta también fray Marciano Morra (el último discípulo del Padre Pío, fallecido en 2021) que una señora se acerca al santo y le dice:

Padre, nosotros en familia, rezamos siempre el Rosario delante al fuego, ¡pero eso no se puede ni llamar Rosario! Trato de tener a mis hijos quietos, uno que se escapa por un lado, otro que tira la leche, otro que trata de agarrarle la cola al gato… es un rezo que no se entiende nada.

A lo que el santo le responde:

No te preocupes, recen siempre el Rosario, porque esos Avemarías incompletos los completan los ángeles del cielo.

¿Cuántos Rosarios al día?

Comenta fray Marciano a modo de reflexión, una teoría suya:

Para mí Padre Pío no rezaba muchos rosarios, porque él no era un contable, eso es como disminuir su santidad.

Padre Pío, en mi opinión, rezaba un solo rosario al día. Empezaba por la mañana y lo terminaba cuando se iba a la cama.

De hecho siempre llevaba la mano en la «pettorina» (bolsillo escondido que va en el pecho de una túnica monacal), donde tenía su Rosario.

Rezaba siempre el Avemaría -cuando se encontraba con una persona, cuando conversaba, cuando discutía,…- y continuaba el rosario. Era un largo rosario que abarcaba toda la jornada entera.

Esto nos demuestra que la vida de Padre Pío era una oración. Era un hombre hecho oración, como se dice de san Francisco de Asís.

Si nosotros queremos también usar bien el «arma poderosa contra todo mal», atención a estos consejos del Padre Pío para rezar un buen Rosario que aparecen en la galería a continuación:










Fuente: Aleteia






lunes, 3 de octubre de 2022

12 CONSEJOS PARA EVITAR EL PURGATORIO

 12 CONSEJOS PARA EVITAR EL PURGATORIO O

ESTAR EL MENOR TIEMPO POSIBLE EN ÉL

1: PEDIR A DIOS
En cada oración que dices, cada Misa que oyes, cada Comunión que recibes, toda buena obra que realices debe tener la intención expresar y de implorar a Dios que te conceda una muerte santa y feliz y no haya purgatorio. Seguramente Dios escuchará una oración dicha con tanta confianza y perseverancia.
2: HACER LA VOLUNTAD DE DIOS
Siempre desear hacer la voluntad de Dios. Es en todos los sentidos lo mejor para ti. Cuando hagas o busques cualquier cosa que no es la voluntad de Dios, date por seguro que vas a sufrir. Decir, por lo tanto, con fervor cada vez que se recita el Padre Nuestro haz hincapié en "Hágase tu voluntad".
3: SOPORTA
Acepta todos los sufrimientos, penas, dolores y decepciones de la vida, ya sean grandes o pequeñas.
La mala salud, pérdida de bienes, la muerte de tus seres queridos, el calor o el frío, la lluvia o el sol como proveniente de Dios. Soportarlas con calma y paciencia por amor a Él y en penitencia por tus pecados.

Por supuesto, puedes utilizar todos sus esfuerzos para protegerte de problemas y el dolor, pero cuando uno no puede evitarlos, sopórtalos con paciencia. La impaciencia y la revuelta hacen que los sufrimientos sean mucho mayores y más difíciles de soportar.
4: ACEPTA TU PASIÓN
El acto más grande en la vida de Cristo fue su pasión. Él tenía una pasión como cada uno de nosotros tiene una pasión. Nuestra pasión consiste en los sufrimientos y trabajos de cada día.
Por lo tanto, vamos a hacer nuestro trabajo, aceptar las decepciones y dificultades y llevar nuestros dolores en unión con la Pasión de Cristo. Ganamos más mérito por un poco de dolor que por años de placer.
5: PERDON / CONFESIÓN
Perdona todas las injurias y las ofensas como Dios nos perdona. Ir a la confesión. Este sacramento del perdón o confesión hace más que "sólo" librarnos de nuestros pecados; nos da un enorme aumento en la gracia santificante.
Ganamos para nosotros un lugar más alto en el cielo, con un aumento de la unión con Dios.
Cada vez que vamos a la confesión, somos preservados de muchos peligros y desgracias que de otra manera nos habrían sobrevenido.
Una confesión devota nos ayuda a escuchar las inspiraciones del Espíritu Santo, y de escuchar y seguir el consejo de nuestros ángeles de la guarda.
6: EVITA LAS SITUACIONES DE PECADO
Evita los pecados mortales, pecados veniales deliberados y rompe los malos hábitos.
Entonces será relativamente fácil satisfacer la justicia de Dios por los pecados de la fragilidad.
Por encima de todo evita los pecados contra la caridad y la castidad en pensamiento, palabra y acción, porque estos pecados son la razón por los que muchas almas se encuentran detenidos en el Purgatorio por un largo tiempo.
7: CUÍDATE Y AYUDA
Haz muchas pequeñas cosas, actos de bondad y caridad, da la limosna, no murmures o te quejes cuando las cosas no son como las deseas, no te quejes de los demás, nunca te niegues a hacer un favor a los demás cuando sea posible.Estos actos son una espléndida penitencia.
8: USA TU PODER DIRIGIDO A LAS ALMAS DEL PURGATORIO
Pon todo tu poder para las Santas Almas del Purgatorio. Ora por ellas constantemente, consigue que otros lo hagan, únete a asociaciones de amigos de las pobres almas y piden a todos que hagan lo mismo. Las Santas Almas te lo pagarán generosamente.
9: VISITA LOS SACRAMENTOS
No existe manera más poderosa de obtener de Dios una muerte más santa y feliz que la confesión semanal, la misa diaria y la comunión diaria.
Las misas pueden ayudar, antes o después de la muerte para que alguien acelere su tiempo en el Purgatorio.
10: VE A HABLAR CON JESÚS SACRAMENTADO
Una visita diaria al Santísimo Sacramento - aunque sólo sea por tres o cuatro minutos - es una manera fácil de obtener la misma gracia.
Arrodíllate en la presencia de Jesús con los ojos fijos en el Tabernáculo o Custodia, seguro de que él te está mirando.

A continuación, repite pequeñas oraciones como estas:
Mi Jesús, Misericordia;
Mi Jesús, ten piedad de mí, pecador;
Mi Jesús, te amo.
Mi Jesús, dame una muerte feliz.
11: EL ESCAPULARIO CARMELITA
Inscríbete y lleva el Escapulario de Nuestra Señora del Monte Carmelo.
"Todo aquel que muere vestido de este escapulario no sufrirá el fuego eterno."
Esta es la Promesa de la Santísima Virgen María, hecha 16 de julio 1251 a San Simón Stock.
El Privilegio Sabatino es la promesa de María para liberar del Purgatorio poco después de la muerte a todos aquellos que:
1) lleven el escapulario marrón
2) observen la castidad según su estado de vida y
3) digan el Pequeño Oficio de la Santísima Virgen María todos los días.
Para tener derecho a esta promesa escapular, uno debe estar inscrito en la familia del Carmelo.
Esta es una ceremonia simple que toma sólo un momento y puede ser realizada por cualquier carmelita o sacerdote debidamente autorizado.
La maternidad de María no se limita a los católicos.
Se extiende a todos los hombres.
Muchos milagros de conversión se han obrado en favor de los no católicos que han practicado la devoción al escapulario. Ver aquí.
12: USA AGUA BENDITA
El agua bendita es un sacramental que remite el pecado venial.
A causa de la bendición que se le atribuye, la Santa Iglesia alienta encarecidamente su uso a sus hijos, especialmente cuando el peligro amenaza, tales como incendios, tormentas, enfermedades y otras calamidades. Cada hogar católico debe tener un suministro de agua bendita.

Mantén tu alma maravillosamente pura a los ojos de Dios al hacer la señal de la cruz mientras dices:
"Por esta agua bendita y por Tu Sangre Preciosa, lava todos mis pecados y los pecados de los Pobres Almas del Purgatorio, Señor."


Fuente: FRASES CELEBRES DE SANTOS Y SUS VIDAS

sábado, 27 de agosto de 2022

QUE OCURRE CUANDO DESCUIDAS LA ORACION

 

«Velad y orad, para que no caigáis en tentación; que el espíritu está pronto, pero la carne es debil".(Mateo 26, 41)

Me ha vuelto a ocurrir, me he concentrado tanto en escribir mis libros y estos artículos para Aleteia que de alguna manera descuidé la oración y todo ha empezado a ir mal. Comenzaba a perder el gusto a muchas cosas espirituales y las respuestas que esperaba de Dios no habían llegado.

La presencia de Dios en nuestras vidas es un misterio en el que a menudo reflexiono. Las Sagradas Escrituras, a las que acudo últimamente, nos aseguran que: «en Dios vivimosnos movemos y existimos« (Hechos 17, 28) Esto significa que Él está siempre pendiente de nosotros, nos conoce bien, escucha nuestras oraciones. Pero lo olvidamos y nos alejamos de Dios, fuente de todo bien. Y las cosas empiezan a ir de mal en peor.

No es algo común en mí. El buen Dios, mi Dios, nuestro Dios, suele ser un gran consentidor y sentía que algo me estaba diciendo y no le escuchaba. 

Había leído tiempo atrás estas palabras que se quedaron clavadas en mi corazón y me advierten cuando trabajo demasiado y comienzo a alejarme de Dios. «A veces olvidamos a Jesús por hacer las cosas de Jesús». Inmediatamente comprendí. Debía orar. 

Si descuidas tu oración pierdes tu cercanía con Dios y eso es terrible, de espanto.

Me tomé un tiempo para retomar mi oración diaria. Volví a visitar a Jesús en el Sagrario y a rezar el Rosario en el patio interior de mi casa. Y todo volvió a ser como antes, retornó la normalidad, la presencia amorosa de Dios, la serenidad, esa paz interior que sabes que no es de este mundo.

Suelo decirte en mis escritos esta frase que una vez escuché a un sacerdote: «Sin la oración estamos perdidos».  Es fundamental para nuestra salud espiritual y nuestra cercanía con Dios «orar siempre sin desfallecer», como nos pedía Jesús.

El demonio sabe que si no rezas podrás caer con facilidad en sus múltiples tentaciones de la carne, los malos deseos, la pornografía, los vicios, el robo, el orgullo, la codicia; por eso hace todo lo que puede para desanimarte y que no reces.

¿Qué es la oración? 

¿Te has preguntado alguna vez por qué es tan importante rezar y fortalecer con los sacramentos nuestras almas? Primero veamos lo que es la oración. Debes saberlo y estar consciente de ello para comprender su urgente necesidad.

Decía santa Teresita del Niño Jesús en su maravillosa obra Historia de un Alma: «Para mí, la oración es un impulso del corazón, una sencilla mirada lanzada hacia el cielo, un grito de reconocimiento y de amor tanto desde dentro de la prueba como en la alegría».

Y, ¿qué nos indica el Catecismo de la Iglesia Católica?

2559 «La oración es la elevación del alma a Dios o la petición a Dios de bienes convenientes» (San Juan Damasceno) ¿Desde dónde hablamos cuando oramos? ¿Desde la altura de nuestro orgullo y de nuestra propia voluntad, o desde «lo más profundo» (Sal 130, 1) de un corazón humilde y contrito? El que se humilla es ensalzado (cf Lc 18, 9-14)».

La humildad es la base de la oración. «Nosotros no sabemos pedir como conviene» (Rm 8, 26). La humildad es una disposición necesaria para recibir gratuitamente el don de la oración: el hombre es un mendigo de Dios (San Agustín).

El Papa Francisco en uno de sus tuits (oct 30, 2021) ha dicho sabiamente: «Cuando rezamos, nunca lo hacemos solos: aunque no lo pensemos, estamos inmersos en un majestuoso río de invocaciones que nos precede y continúa después de nosotros».

¿Cómo va tu oración cotidiana? Tal vez descuidaste la oración o no rezas como debes o piensas que no vale la pena porque Dios no te escucha. 

Haz la prueba retorna a la oración fervorosa, esa que te permite experimentar la presencia de Dios y luego me cuentas. He visto cómo la oración nos ayuda a salir adelante y a encontrar respuestas a muchas inquietudes.

Cuéntame cómo te fue con la oración. Te paso mi email personal  cv2decastro@hotmail.com

¡Dios te bendiga!

Fuente: Aleteia

lunes, 22 de agosto de 2022

DEVOCIONES Y ORACIONES A MARIA



Las devociones marianas son algunas normas de piedad u oraciones que nos ayudan a crecer en ese amor filial, cercano, íntimo que tenemos con la Santísima Virgen.

Además, nos ayudan a recordar que, aunque Ella haya subido a los Cielos, permanece junto a nosotros. Aunque sea Reina, ¡es Madre! Y nosotros somos – verdaderamente – sus hijos.

En este artículo quiero compartirte algunas de estas devociones y oraciones a María que pueden ayudarnos en eso: sabernos hijos de Ella.

¡Y queremos ser muy buenos hijos! Por eso, aquí van unas cuantas devociones marianas, algunas de las cuales puedes convertir en hábitos que te tomarán hasta menos de un minuto.

¡Aquí van!

1. ¿Tienes una fotografía de tu Madre?

oraciones a María, 8 hábitos de buenos hijos que podemos tener con nuestra Madre

Muchos hijos tienen alguna fotografía de sus madres en sus casas. En el recibidor, en la sala, en la habitación, en el lugar de trabajo.

De la misma manera, ¡que no te falte una imagen de tu Madre! Muchos la tienen en un pequeñito altar en su trabajo u hogar, y ahí está Ella presente.

2. Salúdala al llegar o salir de tu casa

oraciones a María, 8 hábitos de buenos hijos que podemos tener con nuestra Madre

Además, si tienes un cuadro de Ella en los espacios en los que te mueves, puedes dedicarle una mirada al entrar y salir de la habitación.

Así como haces cuando entras a una habitación y está tu madre, la saludas. O cuando sales de la casa, te despides de ella. También dedícale una mirada a Ella, pues será un saludo y un “hasta pronto”.

3. ¡Que no falten las palabras cariñosas!

devociones marianas

De seguro hay momentos en los que le dices «te quiero» o alguna palabra de cariño a tu madre. O «¡qué linda estás!, ¡me gusta tu blusa!, ¡ese corte te queda fantástico!».

De la misma manera, las jaculatorias son palabras de amor y pequeños piropos que dirigimos a nuestra Madre.

Son pequeñas oraciones que podemos dedicarle con mucho afecto, como, por ejemplo: «¡Bendita Tú que has creído!», «Dulce Corazón de María, sed la salvación del alma mía», «bendita sea tu pureza y eternamente lo sea», «alégrate, María, llena eres de gracia» y las que tú quieras añadir. O inventar, pues el amor es creativo.

4. «¡Buenas noches!»

devociones marianas

Así como los niños se despiden de sus madres antes de dormir – y muchos adultos las llaman por teléfono antes de acabar el día -, verás lo hermoso que es dormir luego de darle a Ella también las «buenas noches».

Una costumbre es rezar tres avemarías antes de dormir, pidiendo la santa pureza propia y para los demás. Entre las oraciones a María, esta es una muy bonita, porque es, como digo, similar a decirle «buenas noches».

Nuestro último pensamiento del día, se lo lleva Ella.

5. Los buenos hijos recuerdan cumpleaños

oraciones a maria

…y aniversarios. Cuando se acerque una celebración de la Virgen, festeja con Ella. Además de rezar alguna de estas devociones marianas u oración que quieras dedicarle, puedes, literalmente, festejar con Ella.

Por ejemplo, tómate un chocolate. Sal a merendar. Ponte alguna ropa que te pondrías cuando sales a festejar el cumpleaños de tu madre.

De paso, te cuento: cuando celebramos un cumpleaños, a veces felicitamos al agasajado y luego a la madre, como «¡y felicidades también a ti, que eres la mamá!». Qué lindo detalle si, por ejemplo, en Navidad, luego de felicitar a Jesús, también le felicitamos a Ella y nos unimos a su gozo.

6. Detalles de cariño

oraciones a maria

Sábado es el día dedicado especialmente a María. Ese día puedes tener algún gesto especial con Ella, como una pequeña oración o mortificación. Puedes rezar una oración de consagración a Ella, por ejemplo.

Pero, además, puedes hacer lo que hacen los hijos: llévale flores, ve a visitarla (a un santuario, por ejemplo) aunque sea un rato o hazle un pequeño regalo (como un acto de caridad).

7. Charla con Ella

oraciones a maria

De seguro muchos tienen largas conversaciones con sus madres. Con nuestra Madre, tenemos una de las devociones marianas «por excelencia»: el rosario.

Cuando rezo el rosario, me imagino que estoy sentada – o caminando – con mi Madre y cada avemaría (que es una preocupación, una intención o pedido) es parte de la conversación.

8. Recuérdale momentos felices

oraciones a maria

Casi automáticamente, las charlas con las madres pueden tomar el tono de «¿y te acuerdas de…?». ¡Y qué felices se ponen cuando pueden volver a contar cómo conocieron a su esposo o cuando nos vieron nacer!

Por eso, el Ángelus y el Regina Coeli son otras de las devociones marianas más preciosas. Porque le recuerdan a María los momentos más felices de su vida: cuando el Ángel le anunció que sería madre, cuando dijo «sí» a su vocación, cuando nació Su Hijo, cuando volvió a verle y, al verle, alegrarse porque todas las promesas divinas se cumplieron.

Creo que hay muchas otras devociones marianas muy buenas y preciosas. Estas son algunas con las que puedes empezar a decir: «Mamá, deseo tener una verdadera relación Madre-hijo contigo». ¡Qué feliz se pondrá!

Escrito por María Belén Andrada

Catholic-link.com