miércoles, 10 de octubre de 2018

DESEAR LOS DONES DEL OTRO

Salmo 63
"De ti tiene sed mi alma. Oh, Dios, tú eres mi Dios, a ti te busco, mi alma tiene sed de ti".



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Aquí estoy Señor, para hacer tu voluntad.



En muchas, o para ser sincera, en casi todas las ocasiones que asisto a las actividades que se realizan en las Parroquias de mi Iglesia Católica (retiros, charlas, prédicas, seminarios, convivencias, adoración, etc.), y hasta voy un poco más lejos, me ha motivado también participar en eventos de otras iglesias no Católicas, dependiendo del tema que van a presentar, y verdaderamente ando en busca de saciar mi "sed espiritual".


Sin que sean los mismos motivos, voy a tomar prestadas las palabras de David, cuando estaba en el desierto de Judá, porque siento que esas son las expresiones que se ajustan a lo que hoy he sentido: "De ti tiene sed mi alma. Oh, Dios, tú eres mi Dios, a ti te busco, mi alma tiene sed de ti".  (Salmo 63).


Y es que realmente "Yo quiero más". Si, quiero de "eso" que ellos tienen, quiero sentir esa pasión espiritual que les quema sus labios cuando pronuncian el nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo, de la Vírgen María, sus manos se elevan con poder del Cielo, les vibra todo su cuerpo, sus miradas están fijas en el Señor y no en los que asistimos, esas presentaciones son extraordinarias en Dios.

Consciente de que estos dones no se desarrollan de la noche a la mañana, sino que conllevan una serie de búsqueda, así como hizo el Apóstol Pablo después de su conversión, que además de sus conocimientos amplios de las Sagradas Escrituras, se retiró a un desierto para prepararse aún más sobre la misión que Jesús le había encomendado. Se tomó su tiempo para meditar en los temas espirituales.

Estos conocimientos y testimonios, llegaron a convencer a todos aquellos que se le acercaban para escuchar sus prédicas sobre el Reino de los Cielos. Tenía como costumbre estudiar la Palabra de Dios, lo cual reforzaba sus discursos y les daba veracidad y fortaleza para continuar.

Entonces, hoy mismo, mientras escuchaba una prédica poderosa, le confirmé una vez más: - "Señor, de eso que él tiene es lo que yo quiero". No había terminado bien mi frase, cuando escuché al predicador, casi respondiendo mi clamor a Dios, como una respuesta enviada para calmar mi sed, que dijo:

-Para Dios todos somos iguales, somos hijos de un mismo Padre, la única diferencia es su búsqueda sincera y de todo corazón, la entrega diaria de toda nuestra vida, el abandono a sus divinos planes, la aceptación de que estamos aquí porque el Señor nos ha enviado con una misión y tenemos que cumplirla. 

-La Biblia está llena de historias de hombres y mujeres valiosos para Dios, que atravesaron muchas dificultades y pudieron salir victoriosos porque confiaron en el Padre que les dio la vida. Tienes que leer las ESCRITURAS. Conoce desde el inicio quién es tu Dios, no vivas en la comodidad de lo que otros te dicen, descúbrelo tu mismo, avanza, crece, Dios te espera para darte a conocer el Reino de los Cielos.

Bendito seas mi Señor!!!! Que pequeña me sentí, pues de "eso" que ellos tienen, el único proveedor es nuestro Padre. Puedo pedirle dones, talentos, carismas, al dador de todo lo que existe, pero mas que todo, someterme a la obediencia de la lectura de las Sagradas Escrituras, para saciar esa sed de la que tiene mi alma.

Cuán grande es nuestro Dios!

Oración: Gracias Padre por invitarnos a remover todo lo que esté a nuestro alrededor y buscarte por sobre todas las cosas. Porque siempre estás presente en medio de nuestras necesidades, y más si estas son espirituales. Toda nuestra alabanza sean dadas a ti por siempre. Gracias Dios porque nos has regalado individualmente dones y carismas, solo nos queda a nosotros interiorizar para descubrirlos y sino, pedir a tu Santo Espíritu de tu sabiduría para conocer nuestro propósito en esta vida, en el nombre de tu amado Hijo Jesús. Amén!.



Joselin 💜

"Ni ojo vio, ni oído oyó, ni por mente humana han pasado las cosas que Dios ha preparado para los que lo aman". (1 corintios 2,9)



martes, 4 de septiembre de 2018

SEPTIEMBRE, MES DE LA BIBLIA.

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Durante todo el mes de septiembre, la Iglesia celebra el mes de la Santa Biblia y presta especial atención a la Palabra de Dios contenida en las Sagradas Escrituras.

La primera exhortación apostólica del Papa Francisco: "La alegría del Evangelio" contiene material valioso para celebrar encuentro de oración alrededor de la Palabra de Dios.

¿Por qué se celebra la Biblia en septiembre?

Para nosotros, los Cristianos Católicos, septiembre es el mes de la Biblia porque el día 30 de septiembre es el día de San Jerónimo, el hombre que dedicó su vida al estudio y a la traducción de la Biblia al latín.

San Jerónimo nació en Dalmacia, cerca del año 340 y murió en Belén el 30 de septiembre de 420. San Jerónimo tradujo la Biblia del griego y el hebreo al latín.

La traducción al latín de la Biblia hecha por San Jerónimo, llamada la Vulgata (de vulgata editio, "edición para el pueblo"), ha sido hasta la promulgación de la Neovulgata en 1979, el texto bíblico oficial de la Iglesia católica romana.

En este mes, la Iglesia Católica llama a la población a reavivar su compromiso con la Palabra de Dios.

La Nueva Evangelización nos exige este conocimiento de la Palabra para afrontar los nuevos desafíos. En una realidad que cambia constantemente y es necesario sembrar en ella la semilla del Evangelio, para que el mensaje de Jesús llegue a ser una interpretación válida, comprensible, esperanzadora y relevante para la vida del hombre y de la mujer de hoy.

La intención, es que, durante este mes, en todas las comunidades cristianas o grupos familiares, se desarrollen algunas actividades que nos permitan acercarnos mejor y con más provecho a la Palabra de Dios.

La Palabra de Dios se configura como alimento espiritual para la vida de todo Cristiano. Los mensajes, parábolas y vivencias contenidas en la Biblia nos permiten entender y comprender la gran obra de salvación de Jesucristo.

¿Qué dijo el Papa Francisco sobre la Biblia?

"Nosotros los cristianos tenemos que tener un único objetivo en nuestra vida de fe y es poner la Biblia en el centro de nuestra vida cristiana para que ella sea una brújula, pero también para que ella sea como la primavera de nuestra vida espiritual, para que ella sea la que nos indique el camino a seguir, pero sobre todo porque como decía San Jerónimo: quien desconoce la escritura desconoce la persona de Jesús".

¿Qué dice el Catecismo?

La Biblia es alimento de la vida espiritual, y todos los cristianos deben tener un fácil acceso a la Sagrada Escritura (Cat. 131). Es el alma de la teología, la predicación y la catequesis (Cat. 132)

La Iglesia recomienda la lectura "asidua" (frecuente, cotidiana) de la Sagrada Escritura. Desconocerla, es desconocer a Jesús. En cambio, quienes la disfrutan, adquieren la mente de Cristo (Cat. 133. Comp. 24).

Esperemos que el Espíritu Santo haga que algunos de estos elementos nos toquen la mente y el corazón, y nos ayuden a acercarnos al libro más leído en la historia de la humanidad, en el cual el Padre Celestial sale a dialogar con sus hijos (Cat. 103), y del que se conservan los manuscritos más cercanos al original. Y a través de él conocer, amar y seguir a Jesús, que es lo propio del cristiano.

San Juan Pablo II, nos dejó además unas palabras hermosas sobre esta celebración de la Biblia en Septiembre:

"Los católicos durante el mes de septiembre debemos dedicarlo a impulsar el conocimiento y divulgación de los textos bíblicos con mayor énfasis, ya que quien se llame cristiano tendría que conocer la historia de la salvación y la Palabra de Dios, interpretadas auténtica y fielmente por el Magisterio de la Iglesia."

Métodos para leer la Biblia.

Lectio Divina

Es una celebración de la Palabra que se remonta a tiempos antiquísimos y su método se atribuye al monje Orígenes. Se puede celebrar en comunidad, en familia o de modo individual.

La Lectio Divina o lectura orante de la Biblia consiste en el estudio de la Palabra en un dialogo íntimo con Dios.

Lectura del texto Bíblico

Relectura, búsqueda de términos complicados y reconstrucción imaginaria de los hechos tal y como son descritos letra a letra.

Meditación

Consiste en el análisis del mensaje de Salvación que el texto ofrece y la enseñanza para la vida que contiene.

Oración

Es la respuesta que das a Dios después de haber escuchado su Palabra, el ofrecimiento de tu vida y la solicitud de su misericordia siempre en sintonía con el mensaje leído.

Contemplación

Es la cuestión de interiorizar el mensaje, es preguntarse que quiere Dios de mi con este mensaje de Salvación, ¿a qué voy a comprometerme?.

Si la Lectio Divina se hace en casa, se recomienda estar libre de distracciones y crear un clima de santidad; realizarlo frente a un crucifijo, con una vela encendida y comenzando con un acto penitencial y la invocación al Espíritu Santo.

Recomendaciones para leer la Biblia

  • orar al Espíritu Santo para recibir su luz y entendimiento.
  • Leer con humildad, no pretendiendo tenerlo ya todo entendido.
  • Interpretar según la Iglesia. La humildad exige que se pregunte y estudie.
  • Leer la Biblia con frecuencia para beber mas de la fuente.
  • Leer con el fin de amar y obedecer mas a Dios y amar mas al prójimo
  • No buscar en la Biblia ciencia natural sino un mensaje espiritual.
Pregunta en tu parroquia que actividades se desarrollarán durante este mes e intégrate a las celebraciones, retiros espirituales, sesiones de estudio, etc. que te ofrezcan, no desperdicies nada de la riqueza que puedes llegar a poseer en el estudio de la Biblia en el seno de la Iglesia que la escribió.

Es tan grande el poder y la fuerza de la palabra de Dios, que constituye sustento y vigor de la Iglesia, firmeza de fe para sus hijos, alimento del alma, fuente límpida y perenne de vida espiritual.

Redacción: Qriswell Quero de Pérez, PildorasdeFe.net | Con aportes de: Corazones.org