SE ORA COMO SE VIVE, PORQUE SE VIVE COMO SE ORA
Lo primero es lo primero, sin importar c贸mo y d贸nde nos encontremos. Por eso invitamos al Esp铆ritu Santo de Dios, para que sea quien dirija y organice el contenido de esta publicaci贸n. Esp铆ritu Santo, ven y qu茅date en nuestra mente y coraz贸n, necesitamos de tu presencia real para entender el mensaje que hoy nuestro Padre nos quiere ense帽ar a trav茅s del Catecismo de la Iglesia Cat贸lica, en su numeral 2725.
A partir del 1ro. de Julio he iniciado v铆a online, los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola, con motivo de la celebraci贸n de su festividad el 31 de Julio, y son 30 d铆as de ejercicios de meditaci贸n y contemplaci贸n, muy bien dirigida por el Padre Gustavo Lombardo (Argentina).
Antes de iniciar, como pre谩mbulo, nos informan sobre la constancia, perseverancia, disposici贸n, silencio, oraci贸n, entrega, abandono, y sobretodo evitar todo tipo de distracci贸n.
Los he iniciado con mucho entusiasmo, pero he permitido que entre la distracci贸n y los afanes de cada d铆a, para ir posponiendo la realizaci贸n de estos Ejercicios Espirituales que tanto he deseado hacer, y a煤n no lo he logrado.
Ped铆 ayuda al grupo de sacerdotes que ofrecen este servicio para mantener mi motivaci贸n activa:
Hola hermanos en Cristo.
Realmente es importante saber, que adem谩s del contenido visual y textual de estos Ejercicios Espirituales, podemos contar con un equipo de hermanos que est谩n intercediendo por nosotros para ayudarnos a perseverar en los mismos, y que podemos consultarles de manera real, cualquier duda, inquietud, explicaci贸n, observaci贸n. Tambi茅n darnos seguimiento directo, sobretodo en las primeras pl谩ticas, porque antes de iniciar le ponemos muchas ganas, pero luego acomodamos el tiempo a nuestro antojo, y pasamos a otro plano este retiro de salvaci贸n tan necesario para nuestras vidas y la de los nuestros.
Les solicito de apoyo y seguimiento, estoy contenta por haber iniciado, los EE, me siento completamente identificada con el contenido que hasta hoy he visto, reconozco la veracidad de cada exponencia, pero me arropan las distracciones tan constantes, y me entristece, porque a煤n pidiendo al Esp铆ritu Santo, sigo debilitada en la constancia que se requiere.
Soy Sub-Coordinadora de una comunidad de parejas de mi Parroquia, pertenezco al grupo de Liturgia, me mantengo activa y participativa en los asuntos de la iglesia, pero hoy me siento como un c谩ntaro viejo que solo suena y hace ruido.
He tenido hermosas experiencias con el Se帽or, la V铆rgen Mar铆a, mis 谩ngeles, pero me cuesta tanto hacer el Santo Rosario. Les ruego que por favor me tomen de una de sus manos, para sentirme guiada, seguir avanzando con m谩s firmeza en este hermoso caminar de santidad, necesito de ese apoyo directo, porque quiero y debo cambiar y mejorar hasta lograr volver a tener esa comuni贸n con Dios, que en medio de mis distracciones siento que la he perdido.
Muchas gracias por escucharme. Dios les bendiga cada d铆a m谩s. Un abrazo en Cristo.
Joselin
_______________________________________________________________________________
Verdaderamente me sent铆 muy feliz de ser escuchada, al momento de recibir esta respuesta:
Estimada Joselin,
Ave Mar铆a Pur铆sima!
Soy el p. Bernardo Ibarra, IVE, y le ayudar茅 con su consulta.
S铆, como usted bien dice, hace siempre falta una gu铆a en nuestra vida espiritual y especialmente en los Ejercicios. A veces tenemos necesidad de que se nos repita las cosas que ya sabemos.
- 1.Las distracciones son cosas normal, y no hay de asustarse por tenerlas. Hay que, ciertamente, luchar contra ellas y hacer todo lo posible para no dejarse guiar por ellas. De todos modos, cuando nos distraemos involuntariamente, no tenemos culpa, aunque no es ciertamente lo mejor. Le aconsejo entonces que no se desanime por las tentaciones y distracciones que pueda tener en el camino de los Ejercicios. Son parte de la prueba y de los Ejercicios. Tiene que aprovechar los distracciones para humillarse y volverse al Se帽or con m谩s fuerzas todav铆a. Somos de barro... por eso tenemos distracciones, y el Se帽or las permite para que justamente nos humillemos y nos volvamos a 脡l con m谩s fuerzas.
- 2.¿C贸mo un c谩ntaro viejo? S铆, suele pasar que nos desganamos con las cosas del Se帽or y nos falta el amor. A煤n as铆, debemos seguir para adelante, sabiendo que nuestra fe no se gu铆a por lo que sentimos sino por lo que sabemos. No se gu铆e por sus sentimientos, porque estos son muy cambiantes. Af茅rrese a la fe y siga para adelante, a煤n en medio de las tristezas y faltas de ganas. Eso es lo que agrada mucho a Dios, que aunque nos cuesta, igual lo hacemos.
Dios la bendiga! Y siga haciendo los Ejercicios con grande 谩nimo.
P. Bernardo
------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
En este preciso momento, tengo pendiente de realizar cinco (5) d铆as de los Ejercicios Espirituales, estoy muy atrasada. Me han envuelto los compromisos del hogar, la familia, la reci茅n llegada del perrito, entre tantas vanalidades que ofrece el mundo sin darnos cuenta.
Hoy me he propuesto hacerlos todos juntos, cosa que no es recomendable, pero quiero recuperar el tiempo perdido, estar al d铆a, y reconozco que son las mismas DISTRACCIONES que siguen ocupando un lugar privilegiado en mi interior, y no he podido hacerle frente con valent铆a, firmeza y decisi贸n, y la ayuda incesante a mi Padre Dios, en sus Tres Personas.
Entonces, como nuestro Padre siempre est谩 pendiente a nuestras intenciones cuando son puras de coraz贸n, al iniciar la b煤squeda para la actualizaci贸n, me encontr茅 con un video, sin buscarlo, que habla exactamente del combate que estoy luchando.
¿No es una milicia lo que hace el hombre en la tierra? (Job 7, 1). Milicia es la t茅cnica de hacer la guerra y de preparar a los soldados para ella.
Su contenido est谩 basado en el COMBATE DE LA ORACION del Catecismo Cat贸lico (2725), el cual pasar茅 textualmente para fines de estar edificados en el conocimiento que nos ofrece.
2725 La oraci贸n es un don de la gracia y una respuesta decidida por nuestra parte. Supone siempre un esfuerzo. Los grandes orantes de la Antigua Alianza antes de Cristo, as铆 como la Madre de Dios y los santos con 脡l nos ense帽an que la oraci贸n es un combate. ¿Contra qui茅n? Contra nosotros mismos y contra las astucias del Tentador que hace todo lo posible por separar al hombre de la oraci贸n, de la uni贸n con su Dios. Se ora como se vive, porque se vive como se ora. El que no quiere actuar habitualmente seg煤n el Esp铆ritu de Cristo, tampoco podr谩 orar habitualmente en su Nombre. El “combate espiritual” de la vida nueva del cristiano es inseparable del combate de la oraci贸n.
I. Obst谩culos para la oraci贸n
2726 En el combate de la oraci贸n, tenemos que hacer frente en nosotros mismos y en torno a nosotros a conceptos err贸neos sobre la oraci贸n. Unos ven en ella una simple operaci贸n psicol贸gica, otros un esfuerzo de concentraci贸n para llegar a un vac铆o mental. Otros la reducen a actitudes y palabras rituales. En el inconsciente de muchos cristianos, orar es una ocupaci贸n incompatible con todo lo que tienen que hacer: no tienen tiempo. Hay quienes buscan a Dios por medio de la oraci贸n, pero se desalientan pronto porque ignoran que la oraci贸n viene tambi茅n del Esp铆ritu Santo y no solamente de ellos.
2727 Tambi茅n tenemos que hacer frente a mentalidades de “este mundo” que nos invaden si no estamos vigilantes. Por ejemplo: lo verdadero ser铆a s贸lo aquello que se puede verificar por la raz贸n y la ciencia (ahora bien, orar es un misterio que desborda nuestra conciencia y nuestro inconsciente); es valioso aquello que produce y da rendimiento (luego, la oraci贸n es in煤til, pues es improductiva); el sensualismo y el confort adoptados como criterios de verdad, de bien y de belleza (y he aqu铆 que la oraci贸n es “amor de la Belleza absoluta” [philocal铆a], y s贸lo se deja cautivar por la gloria del Dios vivo y verdadero); y por reacci贸n contra el activismo, se da otra mentalidad seg煤n la cual la oraci贸n es vista como posibilidad de huir de este mundo (pero la oraci贸n cristiana no puede escaparse de la historia ni divorciarse de la vida).
2728 Por 煤ltimo, en este combate hay que hacer frente a lo que es sentido como fracasos en la oraci贸n: desaliento ante la sequedad, tristeza de no entregarnos totalmente al Se帽or, porque tenemos “muchos bienes” (cf Mc 10, 22), decepci贸n por no ser escuchados seg煤n nuestra propia voluntad; herida de nuestro orgullo que se endurece en nuestra indignidad de pecadores, dif铆cil aceptaci贸n de la gratuidad de la oraci贸n, etc. La conclusi贸n es siempre la misma: ¿Para qu茅 orar? Es necesario luchar con humildad, confianza y perseverancia, si se quieren vencer estos obst谩culos.
II. La humilde vigilancia de la oraci贸n
Frente a las dificultades de la oraci贸n
2729 La dificultad habitual de la oraci贸n es la distracci贸n. En la oraci贸n vocal, la distracci贸n puede referirse a las palabras y al sentido de estas. La distracci贸n, de un modo m谩s profundo, puede referirse a Aqu茅l al que oramos, tanto en la oraci贸n vocal (lit煤rgica o personal), como en la meditaci贸n y en la oraci贸n contemplativa. Dedicarse a perseguir las distracciones es caer en sus redes; basta con volver a nuestro coraz贸n: la distracci贸n descubre al que ora aquello a lo que su coraz贸n est谩 apegado. Esta humilde toma de conciencia debe empujar al orante a ofrecerse al Se帽or para ser purificado. El combate se decide cuando se elige a qui茅n se desea servir (cf Mt 6,21.24).
2730 Mirado positivamente, el combate contra el 谩nimo posesivo y dominador es la vigilancia, la sobriedad del coraz贸n. Cuando Jes煤s insiste en la vigilancia, es siempre en relaci贸n a 脡l, a su Venida, al 煤ltimo d铆a y al “hoy”. El esposo viene en mitad de la noche; la luz que no debe apagarse es la de la fe: “Dice de ti mi coraz贸n: busca su rostro” (Sal 27, 8).
2731 Otra dificultad, especialmente para los que quieren sinceramente orar, es la sequedad. Forma parte de la oraci贸n en la que el coraz贸n est谩 desprendido, sin gusto por los pensamientos, recuerdos y sentimientos, incluso espirituales. Es el momento en que la fe es m谩s pura, la fe que se mantiene firme junto a Jes煤s en su agon铆a y en el sepulcro. “El grano de trigo, si [...] muere, da mucho fruto” (Jn 12, 24). Si la sequedad se debe a falta de ra铆z, porque la Palabra ha ca铆do sobre roca, no hay 茅xito en el combate sin una mayor conversi贸n (cf Lc 8, 6. 13).
Frente a las tentaciones en la oraci贸n
2732 La tentaci贸n m谩s frecuente, la m谩s oculta, es nuestra falta de fe. Esta se expresa menos en una incredulidad declarada que en unas preferencias de hecho. Cuando se empieza a orar, se presentan como prioritarios mil trabajos y cuidados que se consideran m谩s urgentes; una vez m谩s, es el momento de la verdad del coraz贸n y de su m谩s profundo deseo. Mientras tanto, nos volvemos al Se帽or como nuestro 煤nico recurso; pero ¿alguien se lo cree verdaderamente? Consideramos a Dios como asociado a la alianza con nosotros, pero nuestro coraz贸n contin煤a en la arrogancia. En cualquier caso, la falta de fe revela que no se ha alcanzado todav铆a la disposici贸n propia de un coraz贸n humilde: «Sin m铆, no pod茅is hacer nada» (Jn 15, 5).
2733 Otra tentaci贸n a la que abre la puerta la presunci贸n es la acedia. Los Padres espirituales entienden por ella una forma de aspereza o de desabrimiento debidos a la pereza, al relajamiento de la ascesis, al descuido de la vigilancia, a la negligencia del coraz贸n. “El esp铆ritu [...] est谩 pronto pero la carne es d茅bil” (Mt 26, 41). Cuanto m谩s alto es el punto desde el que alguien toma decisiones, tanto mayor es la dificultad. El desaliento, doloroso, es el reverso de la presunci贸n. Quien es humilde no se extra帽a de su miseria; 茅sta le lleva a una mayor confianza, a mantenerse firme en la constancia.
IV. Perseverar en el amor
2742 “Orad constantemente” (1 Ts 5, 17), “dando gracias continuamente y por todo a Dios Padre, en nombre de Nuestro Se帽or Jesucristo” (Ef 5, 20), “siempre en oraci贸n y suplica, orando en toda ocasi贸n en el Esp铆ritu, velando juntos con perseverancia e intercediendo por todos los santos” (Ef 6, 18).“No nos ha sido prescrito trabajar, vigilar y ayunar constantemente; pero s铆 tenemos una ley que nos manda orar sin cesar” (Evagrio Pontico, Capita practica ad Anatolium, 49). Este ardor incansable no puede venir m谩s que del amor. Contra nuestra inercia y nuestra pereza, el combate de la oraci贸n es el del amor humilde, confiado y perseverante. Este amor abre nuestros corazones a tres evidencias de fe, luminosas y vivificantes:
2743 Orar es siempre posible: El tiempo del cristiano es el de Cristo resucitado que est谩 con nosotros “todos los d铆as” (Mt 28, 20), cualesquiera que sean las tempestades (cf Lc 8, 24). Nuestro tiempo est谩 en las manos de Dios:
«Conviene que el hombre ore atentamente, bien estando en la plaza o mientras da un paseo: igualmente el que est谩 sentado ante su mesa de trabajo o el que dedica su tiempo a otras labores, que levante su alma a Dios: conviene tambi茅n que el siervo alborotador o que anda yendo de un lado para otro, o el que se encuentra sirviendo en la cocina [...], intenten elevar la s煤plica desde lo m谩s hondo de su coraz贸n» (San Juan Cris贸stomo, De Anna, serm贸n 4, 6).
2744 Orar es una necesidad vital: si no nos dejamos llevar por el Esp铆ritu caemos en la esclavitud del pecado (cf Ga 5, 16-25). ¿C贸mo puede el Esp铆ritu Santo ser “vida nuestra”, si nuestro coraz贸n est谩 lejos de 茅l?
Quiero darte gracias mi amado Padre, porque me has revelado estas cosas que le han hecho a mi mente y a mi cuerpo, ponerme frente a las filas de este combate, porque yo se que cuento contigo en todo momento y por siempre. GRACIAS.
Tu hija
Joselin