miércoles, 28 de abril de 2021

EXAMEN DE CONCIENCIA BASADO EN LOS MANDAMIENTOS



EXAMEN DE CONCIENCIA BASADO EN LOS MANDAMIENTOS


Precisamente por ser pecadores, nos cegamos ante nuestros pecados. Satanás quiere hacernos ver que no hay mal en lo que hacemos. Entonces el corazón se endurece, se hace insensible a las exigencias del amor. Por eso es tan importante la conversión del corazón.


"Por eso, como dice el Espíritu Santo: "Si escucháis hoy mi voz, no endurezcáis el corazón... ¡Atención hermanos! Que ninguno de ustedes tenga un corazón malo e incrédulo" Hebreos 3,15)

Dios es un Padre amoroso que nos hace ver el pecado para darnos la gracia del arrepentimiento y perdonarnos. El nos quiere libres. El demonio no quiere que veamos nuestro pecado. Pero si buscamos el camino de Dios tratará de acusarnos con nuestros pecados para que nos desanimemos y volvamos atrás. 

Podemos discernir entonces la diferencia. Dios enseña el pecado para liberar y perdonar; el demonio lo esconde pero cuando lo enseña es para que desesperemos. Debemos rechazar enérgicamente estos pensamientos e ir a la confesión con toda confianza en el perdón de Dios. Dios SIEMPRE perdona cuando hay arrepentimiento.

Es muy provechoso hacer examen de conciencia diario y antes de confesarnos, y también, con toda humildad, abrirnos a que personas cerca de nosotros nos corrijan. "Si nos examináramos a nosotros mismos, no seríamos condenados." (1 Cor. 11, 31)

El examen se hace ante Dios, escuchando su voz en la conciencia. Es mejor hacerlo en un lugar tranquilo, preferiblemente ante el sagrario, para orar. Solo Dios puede iluminar sobre nuestra realidad y darnos los medios para responder a la gracia.

Contemplamos la vida de Jesús y su amor manifiesto en su Cruz. ¿Cómo he respondido a tanto amor, a tantas gracias? Examinamos nuestra vida ante la ley de Dios. Por eso ayuda tener un examen escrito que nos recuerde lo que hemos olvidado. 

Recordamos que no se trata de sugerencias, Dios nos dio MANDAMIENTOS. Romperlos es romper nuestra alianza con Dios y caer en pecado.

No se trata tan solo de enumerar pecados sino de descubrir la actitud torcida del corazón y con DOLOR POR NUESTROS PECADOS, HACER EL FIRME PROPÓSITO DE NO VOLVER A COMETERLOS.

Siempre hay áreas en las que somos mas débiles y requieren atención especial pero si comprendemos que Cristo -no la cultura- es la medida, veremos que en todo tenemos mucho que crecer.

Recordemos que la confesión solo puede hacerse ante un sacerdote. A continuación te ofrecemos un modelo de examen de Conciencia para prepararte para la confesión:


EXAMEN DE CONCIENCIA EN BASE A LOS 10 MANDAMIENTOS

Este examen es para aquellos que, amando a Cristo, no se conforman con evitar pecados graves, sino que desean amarle con todo el corazón.

1. Amarás a Dios sobre todas las cosas (Primer mandamiento).

2. No tomarás el nombre de Dios en vano. (Segundo Mandamiento)

¿He amado a Dios sobre TODO?
-¿A quién (que) le he dado la mayor atención?
-¿He hecho de mi familia, trabajo, apostolados, programas, ideas u otras cosas buenas mi primer amor?
-¿Se en la práctica lo que es confiar en el amor y el poder de Dios?
-¿Le confío todo a Dios o ando queriendo hacerlo yo solo?
-¿Confío en Dios cuando todo parece ir mal?
-¿He caído en superstición u otra práctica religiosa ajena al cristianismo?

Oración Diaria
-¿Cómo ha sido diariamente mi oración?:
-¿Tiempo personal con Dios; liturgia de las horas; oración familiar?
-¿He alabado a Dios; le he dado gracias o me he quejado?
-¿Intercedo por mi familia, grupo, Iglesia, por el mundo?
-¿He orado con el corazón, abierto al Espíritu Santo?
-¿Tomo tiempo para discernir?
-¿Se lo que es esperar al Señor, escucharlo? -¿Lo he hecho?
-¿Cuándo me da alguna enseñanza la guardo en mi corazón y busco profundizarla?
-¿Incluyo a mi esposo/a (u otra persona formada y prudente) en mi discernimiento o solo les informo?; -¿Escucho, obedezco y respeto a los que tienen legitima autoridad sobre mi (leyes justas, jefes, etc.)?.
-¿Qué criterios tengo para determinar si algo que quiero hacer es del Espíritu Santo o es mío?,-¿Me parece importante tener y seguir siempre esos criterios?
-¿Uso los dones que Dios me dio para su gloria?
-¿Estoy abierto a recibir nuevos dones según Dios disponga?
-¿He sido legalista (haciendo solo lo necesario para cumplir) o vivo mi fe en el Espíritu
entregándome con todo el corazón?

Obediencia
-¿Busco conocer en la oración la voluntad de Dios para mi vida?
-¿Obedezco la enseñanza del magisterio o interpreto a mi manera?
-¿Qué motiva mi vida, la voluntad de Dios o mis propios "buenos" planes (mi voluntad).
-¿Le permito a Dios guiarme o le "entrego" los planes ya hechos para que los bendiga?.
-¿Mis gustos, criterios, dudas, confusiones, pensamientos, actitudes y valores -en que instancias no han estado bajo el Señor?
-¿En mis gustos, mis criterios, miedos, dudas, confusiones...

Estudio
-¿Estudio mi fe católica (Biblia, magisterio, libros sólidos) o me contento con mi propio modo de entender a Dios?, ¿Estoy avanzando en mi formación como debo?.
-¿Qué pasos prácticos doy para formarme en la fe?

Orden y Prioridades
-¿Mi tiempo responde a las prioridades de Dios o a las presiones de cualquier persona u ocasión para `quedar bien´?); ¿Interpreto lo que hago en la perspectiva de la vida eterna?; ¿Reflexiono sobre mi muerte; sobre el juicio final?
-¿Tengo prioridades claras y soy firme para vivirlas? ¿Pierdo el tiempo (revistas, programas, etc.) que no edifican?
-¿Tengo un horario y organizo el día con disciplina, dando tiempo a cada área con sabiduría: oración, familia, trabajo...?; ¿En que me he desordenado? ¿Me quedo en algo que me gusta sabiendo que es hora de hacer otra cosa?
-¿Respeto el tiempo y necesidades de otros: cuando busco ayuda, en el teléfono, etc..?
-¿Cuido la salud; tengo algún vicio, falta de ejercicio, descanso, alimentación... Me cuido demasiado?

3. Santificarás el día del Señor. (Tercer Mandamiento)

¿Guardo el día del Señor para el Señor o trabajo innecesariamente ese día?
-¿Voy a misa todos los domingos?;¿He adorado y puesto todo mi corazón en Cristo Eucarístico que me espera en el sagrario?
-¿Lo he amado y consolado por tanto que se le ofende?
-¿Voy a misa diaria si puedo?; ¿he recibido con preparación al Señor?

La Cruz
-¿He meditado ante la cruz?; ¿busco su poder transformador y su sabiduría?; ¿Cómo se manifiesta en mi vida?
-¿Pido a Dios la gracia de amar la cruz?
-¿Me he salido de la voluntad de Dios por evitar la cruz?
-¿Uno mi cruz a la de Cristo?: problemas, enfermedades, responsabilidades, personas, mi edad, mi vocación...
-¿Busco la satisfacción de todas mis necesidades físicas y emocionales o se mortificarme por amor a Jesús?.
-¿Me uno a la cruz del que sufre?; ¿Me sacrifico para amar?.

Confesión
-¿Rechazo el pecado aunque este sea aceptable según la cultura?; ¿He pensado o actuado ligeramente como si la rectitud de los santos es "exageración"?
-¿He evitado la ocasión de pecado: ambientes, programas, malas amistades...?
-¿Busco que Dios me enseñe mi pecado (también pecados viejos y olvidados)?.
-¿Reconozco y reparo con responsabilidad mis pecados y faltas o me justifico?
-¿Cuándo me corrigen, lo agradezco?.
-¿Cuándo fue mi última confesión?, ¿Minimicé el pecado por pena?; ¿han habido cambios?.
-¿Hice una confesión completa o escondí algo?
-¿Hay algo (hábito, herida, complejo) que el enemigo usa para su provecho?; ¿Qué hago para permitirle a Dios que me libere?
-¿Debo reconciliarme con alguien y no lo he hecho?

María
-¿Me he consagrado a Ella y, si lo he hecho, vivo mi consagración plenamente? -¿Cómo?
-¿Acepto su cuidado maternal?; Me dejo formar por ella? -¿Cómo?.
-¿Recurro a ella en oración, medito su vida?.

Relaciones con otros
-¿Están todas mis relaciones a la luz del Señor: amorosas, castas, sanas y sinceras?
-¿Guardo odios o enemistades?
-Peleas, rivalidades, violencias, ambiciones, discordias, sectarismo, disensiones, envidias, ebriedades
-¿He sido fiel a los compromisos con mis hermanos y con otros?; ¿Estoy creciendo en estos compromisos?
-¿Soy confiable en el hogar, grupo, trabajo...?; -¿Cumplo mis promesas, compromisos, guardo confidencialidad?
-¿Busco la unidad en el Señor? (Fil. 2, 1-11, 1 Cor. 10,17)
-¿Soy servicial?
-¿Soy atento sin ser curioso?
-¿Soy prudente en lo que hablo y como actúo?
-¿Soy agradecido por el servicio de rutina que recibo?

4. Honrarás a tu padre y a tu madre (Cuarto mandamiento).

En el Hogar 
-¿Obedezco, cuido y honro a mis padres según mi edad y sus necesidades?
-¿Pongo malas caras?
-¿Doy tiempo a la familia?; ¿Cenar juntos?; ¿Diversiones?
-¿Hospitalidad?
-¿Relación con hermanos?
-¿Responsabilidad en los estudios?
-¿Ayuda económica al hogar según necesidad?

Casados: (además de lo mencionado)
-¿Protejo mi casa y los míos de las malas influencias del ambiente? ¿Cómo?
-¿He manipulado con mis estados de ánimo y enfados para que se haga lo que quiero?
-¿Permito que otros (padres, amigos) manipulen o se antepongan al matrimonio? .
-¿Honro y respeto a mi esposo/a en todo momento?
-¿He compartido con mi esposo/a la visión para la familia?; ¿le escucho con interés?;
-¿Le expreso amor, cariño y respeto a mi esposo/a?;
-¿Con mis hijos?
-¿Detecto los problemas y los enfrento con sabiduría?
-¿Qué medidas tomo para que mi casa sea un hogar?
-¿Soy responsable y ordenado con la economía?; ¿Les ayudo para que puedan orar, estudiar, descansar, ir a su grupo, cumplir sus responsabilidades?

Formación: de los hijos: ¿comparto con ellos, enseño y guío?, ¿escucho?, ¿disciplino con sabiduría?; ¿les doy buena educación para ser buenos cristianos?

5. No matarás. (Quinto Mandamiento)

¿De algún modo he matado o atentado contra la vida? (ej.: apoyo o participación en aborto, suicidio, conducir sin cuidado, actos irresponsables que ponen una vida en peligro, agresión, violencia, etc.? ¿He atentado contra la dignidad de alguien? ¿He calumniado, criticado y desprestigiado a otra persona? ¿He manchado la reputación de mi prójimo con mis palabras o acciones?

6. No cometerás actos impuros. (no adulterio, no fornicación) (Sexto Mandamiento)

-¿He buscado afectividad fuera del orden del Señor?
-¿Como distingo entre sentimentalismo y una auténtica relación de amor entre hermanos?; ¿Me relaciono según mi estado de ánimo o lo que edifica en el amor?
-¿Fantasías o actos impuros, conmigo mismo o con otros?
-¿Chistes, programas, actitud seductora, inmodestia en vestir?
-¿Obedezco el plan de Dios para la sexualidad en mi estado de vida?

7. No robarás (Séptimo mandamiento).

-¿De algún modo he robado?
¿Descuidando o no devolviendo propiedad ajena o común)?
¿Me aprovecho de mi puesto para beneficio personal?

8. No levantarás falsos testimonios ni mentirás (Octavo Mandamiento)

-¿Quién inspira mis palabras: Dios o mi ego?¿He querido dar mi opinión en todo?
-¿Digo la verdad?; ¿He revelado secretos; He juzgado (o chismeado)?
-¿Me he quejado buscando conmiseración o desahogo?
-¿He puesto mi atención a lo indebido
-¿He hablado lo que no edifica: chistes con groserías, hirientes a una raza, nacionalidad, etc.?

9. No consentirás pensamientos ni deseos impuros (Noveno Mandamiento)
- ¿He codiciado la mujer o el esposo de mi prójimo?
- ¿He mirado a un hombre a una mujer de manera impura?

10. No codiciarás los bienes ajenos (Décimo Mandamiento)
- ¿He deseado los bienes ajenos?
- ¿He sido envidioso?
- ¿He sido avaro?
- ¿He comido más de lo que necesito?
- ¿He sido orgulloso?

Obras de Misericordia

-Corporales: solidaridad con enfermos/ hambrientos/ sedientos/presos/ desnudos/ forasteros/ enterrar los muertos. ¿Veo a estos como hermanos por los que me entrego o estadísticas?.
-Espirituales: dar buen consejo/ corregir/ perdonar (¿guardo algún resentimiento?)/ consolar/ sufrir con paciencia las molestias del prójimo/ rezar por los vivos y los muertos.
-¿Estoy atento al dolor ajeno?; ¿Hago a acepción de personas según su apariencia?
-¿Vivo en sencillez?; -¿Imito a Cristo que fue pobre?, ¿soy libre de apegos materiales?
-¿Se refleja esto en mi actitud en las compras?; ¿me dejo llevar por antojos?; ¿cuales?
-¿Coopero con las obras de la Iglesia con verdadero sacrificio y amor o doy de mis sobras?

Evangelización

-¿Soy testimonio?; ¿Soy sal de la tierra y luz del mundo?
-¿Me esfuerzo de todo corazón para que Cristo sea conocido y amado por todos?
-¿Estoy en comunión con el espíritu misionero de la Iglesia?
-¿Llevo a mis amistades al Señor o dejo que ellas me arrastren al mundo?
-Cuando evangelizo, ¿lo hago con seguridad o como si fuera una opinión cualquiera?; ¿Respondo al Espíritu o me paraliza el ´que dirán´?

Dominio de las Emociones:
       -Resentimientos, caprichos, impulsos, miedos....
-¿Cuáles son mis emociones mas salientes?; ¿Las someto al Señor para encausarlas para el bien? ¿de que forma están afectando mi comportamiento?
-¿Busco primero mi interés y comodidad o servir con amor?

Fuente: Mercaba.org

viernes, 23 de abril de 2021

VIVIR LA SANTA MISA DESDE CASA

 


Vivir la Santa Misa desde casa

Al principio de la pandemia del COVID-19, sentimos tristeza, además de las muertes a destiempo causadas por la enfermedad, de ver cómo se nos iba cerrando el corazón espiritual cuando nos enteramos de que el mundo entraba en un cierre total de las actividades en la calle, y por ende el cierre de las Iglesias, Parroquias, Capillas, Centros de capacitación espiritual, reuniones comunitarias, clases de catequesis, cursillos bautismales, etc., sobretodo en un tiempo de Cuaresma.

La angustia se apoderaba, el vacío espiritual se notaba, no se sentía abandono, sino soledad. Aquí recordamos la Palabra de San Juan 6, 68, cuando Pedro dijo a Jesús: "Señor, a quién iremos?". Entonces, en medio del clamor del hombre por el cese de esa enfermedad, por el encerramiento, la compasión del Señor se hizo presente y mando a su Santo Espíritu a dar sabiduría a los tecnólogos, para que las Misas fueran transmitidas por las redes sociales.

Entonces, entró el destape de transmisiones de las celebraciones Eucarísticas por las redes sociales, siendo una de las primeras y mas importantes, las del Vaticano, con la presencia de nuestro Papa Francisco. 

No queríamos perder ninguna celebración, comenzamos a conocer Iglesias de todo tipo, en todas partes del mundo, las 24 horas del día, era el mismo Dios que entraba a nuestros hogares a cada instante, fue un bendito "bombardeo divino", que extraordinariamente recibimos con el amor del Padre, y se experimentó la grandeza, el poder y la misericordia de nuestro Señor.

Pero, como publica Aleteia, la misa por televisión o redes sociales, es un tesoro para aquellas personas que están solas, los enfermos y los ancianos. Quienes siguen la misa por televisión están invitados a unirse de corazón en comunión con la Iglesia. Escuchan la Palabra de Dios y pueden meditarla. Pueden comulgar espiritualmente.

Las participación en las transmisiones de la Santa Misa, requieren de unos puntos que hay que cumplir como si fuese presencial, por lo que comparto algunas ideas publicadas en paginas de red Católica, para centrarnos en lo que debemos hacer con las misas en línea:

 Prepara tu corazón antes de conectarte a la celebración de la Misa retransmitida. Lee las lecturas de la Palabra que se van a proclamar. Desconéctate de todo lo demás, para que no tengas distracciones. 

 Invita a los miembros de tu familia a participar de la Misa, escoge un lugar espacioso de la casa, para que los niños estén cómodos. Si es posible, coloca alguna imagen de Jesús, de la Virgen María u otra imagen que recuerde lo sagrado que es el momento.

 Cuida tu vestuario para la celebración de la Misa, nada de pijamas, ropas desaliñadas, o descalzos. Arréglate lo mejor que puedas, porque vas a entrar en comunión con el Señor. Además, procura mantener una postura correcta como si estuvieses en la Iglesia.

 Una vez entra el Sacerdote que preside la celebración Eucarística, recuerda entrar en recogimiento para estar en el mismo momento de las partes en que se divide la Santa Misa, de hacer los signos correspondientes, orar, responder, alabar, pedir perdón por todas nuestras faltas, glorificar a Dios. Levántate para las lecturas y te pones de rodillas para la Consagración.

 Vive con especial fervor el momento de la Consagración, adora este momento del gran Misterio del Amor, donde Jesús se hace presente cuando el Sacerdote consagra el pan y el vino, y lo transforma en el Cuerpo y la Sangre de nuestro Señor Jesucristo. Descubre el regalo de la unión del Cielo y la Tierra, de los Angeles, de los Santos, que se postrar a adorar al Rey del Universo.

 Agradece y valora profundamente el don del Sacramento de la Eucaristía, donde el Señor te permite recibirlo y unirte espiritualmente a El.

  Reza la siguiente oración de comunión espiritual:

  Creo, Jesús mío, que estás realmente presente en el Santísimo Sacramento del Altar. Te amo sobre todas las cosas y deseo recibirte en mi alma. Pero como ahora no puedo recibirte sacramentalmente, ven al menos espiritualmente a mi corazón. Y como si ya te hubiese recibido, te abrazo y me uno del todo a Ti. Señor, no permitas que jamás Me aparte de Ti. Amén. 

(San Alfonso María de Ligorio)

 Contempla con los ojos de tu corazón a Jesús que te ama intensamente y cuéntale de todas tus intenciones y necesidades.

  No tengas prisa en que termine la celebración, no te imaginas el valor que tiene para Dios este momento que te pasas en su presencia, además, tenemos muchos motivos para rezar.

 Al concluir la Misa, agradece al Señor de esta participación, y disfruta el privilegio que tienes de que a través de los medios de comunicación, recibiste el mas grande amor de Dios, Jesús.


Ahora bien, está claro que la misa en la televisión o por las redes sociales,  no sustituye a la Misa presencial. Actualmente estamos asistiendo a las celebraciones Eucarísticas de manera presencial, con todo el protocolo de salud que exigen las autoridades.


💜Joselin💜




CONSEJOS PARA VIVIR MEJOR LA SANTA EUCARISTIA

 



CONSEJOS PRÁCTICOS PARA VIVIR MEJOR LA SANTA EUCARISTIA

  • Ayunar antes de la Eucaristía al menos una hora.
  • Leer las lecturas del día antes de llegar a Misa.
  • Vestir de una manera modesta.
  • Llegar unos minutos antes para que no estés agitado.
  • Quitarse gorras o sombreros al ingresar a al templo.
  • Hacer la Señal de la Cruz al entrar y salir del templo.
  • Hacer una genuflexión hacia el Sagrario cuando entres y salgas del templo.
  • No tomar fotografías o selfies.
  • No utilizar el celular durante la Misa
  • No masticar chiclet durante la santa Misa.
  • No introducir comidas o bebidas en el templo.
  • Sentarse decorosamente (no cruzar los pies por ejemplo).
  • No sentarse en el borde de la banca si la ves vacía.
  • Llevar a los niños a la parte posterior para calmarlos y no llevar mascotas.
  • Guardar silencio mientras se está en el templo.
  • Guardar la calma si alguien se equivoca en el servicio al Altar.
  • Ponerse de pie en cuanto comienza el Aleluya.
  • Preparar la ofrenda antes de Misa.
  • En el momento de la paz, saluda solo a los que estén cercanos a ti.
  • Respetar los limites que otros pueden tener (al momento de dar la Paz)
  • No añadir el Amén al final del Padre Nuestro (durante la misa se omite).
  • Ponerse de rodillas durante la Consagración (a menos que esté imposibilitado de hacerlo)
  • Hacer una leve inclinación antes de recibir la Sagrada Comunión (mientras el que va adelante la recibe)
  • Decir “Amén” cuando el Sacerdote te dice “El cuerpo de Cristo”.
  • Al recibir la comunión, dejar rápido el espacio al que sigue.
  • Inclina tu rostro al momento de recibir la bendición.
  • No repetir la fórmula de bendición (eso le corresponde al Sacerdote), tú sólo responde «Amén».
  • Orar después de Misa agradeciéndole al Señor el don de la Eucaristía.
  • No salir antes de que termine la Santa Misa (con el canto final).
  • Despedirse tranquilamente.

No te olvides poner en práctica estos consejos, pues es un momento sublime la Santa Misa.

FUENTE: Padre Sam

jueves, 8 de abril de 2021

LA EUCARISTIA Y "TU"

 


Cuando yo hice la primera comunión (Silvana Ramos) hace ya 29 años, la emoción que sentí fue tal que no pude contener las lágrimas. Con solo ocho años la sola idea de poder finalmente recibir al cuerpo de Cristo conmocionó todo mi ser. 

Los años pasaron y la fe de ese momento, lamentablemente se fue diluyendo. Muchos años pasé alejada de Dios y de la fe católica. Fue un sacerdote quien me ayudó a reencontrarme con Dios y con esa fe de niña. Luego de un largo proceso de reencuentro y constantes visitas al Sacramento de la Reconciliación, volví a estar en gracia para poder acercarme a recibir nueva y dignamente la Santa Eucaristía.

Cuál sería mi sorpresa al encontrarme envuelta en un torbellino de emociones y lágrimas completamente incomprensibles. Así como sucedió el día de mi Primera Comunión. ¿Recuerdas lo que sentiste la primera vez que comulgaste?

«La Santísima Eucaristía es el don que Jesucristo hace de sí mismo»

El papa Benedicto XVI en la Exhortación Apostólica Post Sinodal: «Sacramentum Caritatis» nos dice sobre la Eucaristía:

«La Santísima Eucaristía es el don que Jesucristo hace de sí mismo, revelándonos el amor infinito de Dios por cada hombre. En este admirable Sacramento se manifiesta el amor «más grande», aquel que impulsa a «dar la vida por los propios amigos» (…)

Del mismo modo, en el Sacramento eucarístico Jesús sigue amándonos «hasta el extremo», hasta el don de su cuerpo y de su sangre. ¡Qué emoción debió embargar el corazón de los apóstoles ante los gestos y palabras del Señor durante aquella Cena! ¡Qué admiración ha de suscitar también en nuestro corazón el Misterio eucarístico!».

Nuestra necesidad de estar con Dios

Me pongo a pensar en la emoción de los apóstoles que el Papa Benedicto XVI intuye. ¡Qué grande debe haber sido realmente!

Hoy, en las circunstancias en que vivimos, el mundo no nos da tregua con su rapidez y frente a «tantas verdades» empezamos a olvidarnos de la gran verdad y el por qué del sacrificio de Jesucristo. Olvidamos nuestra ruptura con Dios, olvidamos el pecado y el peso del mismo.

Es como si no existiera una diferencia entre lo que está bien y lo que está mal. Y es esta actitud la que no nos permite ver la necesidad que tenemos de estar en contacto íntimo con Dios mismo y acercarnos en gracia a recibir su cuerpo y su sangre.

«La Eucaristía es el regalo más grande que nos hace Jesucristo»

Y cumple por encima de toda medida la promesa que nos hizo: «(…) y he aquí que yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo» (Mt 28,20). Es un don gratuito que expresa ese amor infinito y extraordinario que tiene por cada uno de nosotros y que nos da la fuerza para caminar en nuestra vida cotidiana hacia su encuentro.

En la Eucaristía Jesús se ofrece a sí mismo, no nos deja un simple recuerdo como algunos pueden creer. Él se queda con nosotros. Es realmente un misterio que supera toda comprensión humana, pero que por la fe lo podemos vivir.

«Para nosotros los cristianos, ya no es necesario repetir aquella cena. Como dicen con precisión los Padres, figura transit in veritatem: lo que anunciaba realidades futuras, ahora ha dado paso a la verdad misma. El antiguo rito ya se ha cumplido y ha sido superado definitivamente por el don de amor del Hijo de Dios encarnado.

El alimento de la verdad, Cristo inmolado por nosotros, dat… figuris terminum. Con el mandato: «Haced esto en conmemoración mía» (cf. Lc 22,19; 1 Co 11,25), nos pide corresponder a su don y representarlo sacramentalmente».

Preguntas para reflexionar

Dios nos ama primero y nos deja este don tan grande que nos va transformado uno a uno y así llegar a transformar el mundo entero. El Papa Benedicto XVI explica este misterio comparándolo con la fisión nuclear, que es una reacción que se da en el núcleo de un átomo.

Es decir en el centro mismo y da como resultado el cambio de una realidad hacia algo completamente extraordinario. Esto sucede con nosotros al recibir la Santa Comunión. ¡Cómo perdernos el estar en gracia y en continuo contacto con nuestro Creador, con el Espíritu, con Jesucristo que nos da el don de transformarnos y transformar al mundo!

Los invito a reflexionar en los siguientes interrogantes:

1. ¿Recibo frecuentemente el Sacramento de la Eucaristía correctamente preparado?

2. ¿Cada cuánto frecuento el Sacramento de la Reconciliación?

3. ¿Soy consciente de que es el mismo Dios al que recibo cuando comulgo?

4. ¿Soy consciente que a través del Sacramento de la Eucaristía me voy conformando con Jesucristo?


FUENTE: https://catholic-link.com/eucaristia-cambia-vida