martes, 9 de abril de 2024

LA ORACION: BATALLA ESPIRITUAL


EL COMBATE ESPIRITUAL

Un día me encontré un libro llamado EL COMBATE ESPIRITUAL del P. Lorenzo Scupoli, y pensé que se trataba de una lucha mas de San Miguel Arcángel contra satanás, pero no, es un libro escrito para que los cristianos luchemos contra nosotros mismos, para mantenernos en oraciones, para que luchemos en contra de todas esas distracciones que encontramos día a día, que nos apartan de mantener una sincera relación con Dios y por eso es la lucha, el combate, la guerra, por la cual debemos de combatir con la ayuda directa del Espíritu Santo.

Hoy salió publicado un articulo de ALETEIA, hablando precisamente de este combate y les quiero compartir, porque ha refrescado mi campo de batalla.

La oración es una lucha... tanto así es que el Catecismo de la Iglesia Católica llega a decir que es una "batalla espiritual"

Generalmente hablando, la oración parece bastante insulsa para el observador externo. En la mayoría de los casos, la oración se asocia a una disposición pacífica y a sentimientos de alegría y felicidad. Sin embargo, la Iglesia católica califica la oración de batalla.

¿Por qué?

El Catecismo de la Iglesia Católica lo explica en su sección sobre la oración:

La oración es a la vez un don de la gracia y una respuesta decidida por nuestra parte. Supone siempre un esfuerzo. Las grandes figuras de la oración de la Antigua Alianza antes de Cristo, así como la Madre de Dios, los santos y Él mismo, nos lo enseñan: la oración es un combate. (CIC 2725)

La oración es una batalla porque requiere esfuerzo.

Si bien es cierto que la oración es un don, y que contamos con las muchas gracias de Dios durante la oración, también necesitamos hacer un esfuerzo para orar.

Si no intentamos rezar, probablemente no rezaremos nunca.

Enemigos de la oración

Por eso la Iglesia la llama batalla, ya que la mayoría de las veces la batalla es contra nosotros mismos:

¿Contra quién? Contra nosotros mismos y contra las asechanzas del tentador, que hace todo lo posible para apartar al hombre de la oración, de la unión con Dios. CIC 2725

Como afirma el Catecismo, la oración no es solo una batalla contra nosotros mismos, sino también contra Satanás y sus fuerzas demoníacas.

El demonio no quiere que estemos unidos a Dios, y por eso hace todo lo posible para impedir que oremos. También intentará distraernos o tentarnos durante la oración, con la esperanza de pillarnos desprevenidos.

De este modo, la oración nunca es verdaderamente pasiva, en la que nos sentamos tranquilamente y nos deleitamos en las gracias de Dios. Aunque esa experiencia es ciertamente posible, para alcanzar esa paz debemos luchar contra los numerosos enemigos que intentan alejarnos de la unión con Dios.

La clave es hacer de la oración un hábito y luchar continuamente contra las fuerzas que se nos oponen.

Una lucha de por vida

Oramos como vivimos, porque vivimos como oramos. Si no queremos actuar habitualmente según el Espíritu de Cristo, tampoco podremos orar habitualmente en su nombre. La batalla espiritual de la nueva vida del cristiano es inseparable de la batalla de la oración. (Cic 2725)
 
Mientras respiremos en esta tierra, tendremos que batallar durante la oración.

Solo al final de nuestra vida podremos descansar en los brazos amorosos de nuestro Padre benévolo.

Fuente: Aleteia: Philip Kosloski -

sábado, 30 de marzo de 2024

CAMINO DE CUARESMA



Hemos empezado este camino tan bonito que es el de la Cuaresma, que nos transporta a esa experiencia de 40 días que el Señor Jesús estuvo tentado en el desierto, luchando, esforzándose, sacando lo mejor de sí. También esos 40 años en los que el pueblo de Israel empezó a hacer travesías en medio de las pruebas, las tentaciones, de las angustias, de los miedos y de los temores.

Cuarenta días estuvo Jonás anunciando a Nínive la conversión. El numero 40 significa la vida, la vida que es esforzada, que es probada, que es luchada, que no puede rendirse, la vida que tiene que ser vencedora en Dios.

Este camino que hemos iniciado, es sencillamente el Señor diciéndonos, vas a poner tu vida a prueba,  vas a permitir que tu vida sea probada, para que todo lo que has venido trabajando en ella, lo puedas evidenciar como una gran fortaleza.
 
Usted no ha perdido el tiempo, es una persona muy especial que ha venido descubriendo en la espiritualidad la razón de ser de su existencia. Es la espiritualidad la que nos mantiene a nosotros firmes, férreos en Dios, entonces no se ha perdido el tiempo cuando usted ha hecho esfuerzos por aprender a orar, cuando ha entendido que es en la Eucaristía donde uno se va alimentando para no desfallecer en el camino, cuando ha entendido que hay que sacar tiempos con calidad para Dios.   

Todas esas cosas han servido para ser una persona muy especial. Porque si 40 es la vida, si Cuaresma es la vida, entonces mi vida debe de ser una vida vencedora.

Entonces va apareciendo el Señor con su Palabra, nos da unas pistas interesante paran nosotros ser capaces de comprender este tiempo que hemos iniciado. 

Si miramos el Evangelio, dice el Señor a sus Discípulos:  El Hijo del Hombre tiene que padecer mucho, ser desechado por los ancianos, sumos Sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar al tercer día.

Cual es la carta de presentación de Jesús, una carta poco halagadora. Si dice alguien: vengan que voy a hacer un triunfador, lo vamos a pasar bien, y la recompensa es esta, y todo esto va a redundar en beneficios para sus hijos, usted no va a sufrir, tiene su vida asegurada, uno arranca..., pero cómo arrancar con alguien que dice, vengan que es que yo tengo que sufrir mucho, voy a padecer mucho, voy a ser desechado, me van a matar, quien se va a ir?

Es la carta de presentación de Jesus. Cuando Jesus mismo se presenta de esa manera, y es capaz de decir, a mi me va a ir muy mal, nos dice una cosa maravillosa. Si siendo el hijo de Dios le va a ir mal, por qué usted se extraña cuando a usted las cosas no le salen bien. 

Ese anhelo que tenemos de ser muy ganadores, no entendemos cuando las cosas nos salen en reversa, cuando no están alineada con nuestro querer, anhelos, deseos, con nuestra voluntad. A mi me van a matar, a mi me van perseguir, mi me van a crucificar. Si eso le pasa al Hijo de Dios, entonces, dice el Señor ustedes también estén listos para que los abrace y salga al paso la prueba, el revés y la situación adversa.

Pero es tan bonito el Evangelio cuando dice: a mi me a van a matar, a perseguir, a crucificar, pero en medio del panorama desolador, aparece Jesus diciendo, no todo esta perdido, al tercer día voy a resucitar. 
en medio de una situación que es puesta sobre la mesa, el sufrimiento que llama sin ser invitado, Jesus anuncia la resurrección. El problema siempre tendrá una salida, la enfermedad siempre tendrá una respuesta, la situación que es imposible, siempre llegará con una solución, 

Parece tan lindo este camino en este camino que arrancamos de lucha, esfuerzos y sacrificios, el Señor nos diga que hay que negarse, que hay que tomar la cruz, hay que seguirlo, que eso duele pero que también con eso vendrá la resurrección en nuestras vidas.

Yo me quiero comprometer, la cuaresma es salir al rescate de uno mismo, porque estamos llamados a querernos, a valorarnos, a cuidarnos.  Llego el momento de darle sentido a la vida, pero como empezar:

El Señor nos ha dicho que la vida no es fácil, en cualquier momento llega la adversidad, pero que la resurrección estará de nuestro lado. Aparece en la Lectura aparece una cosa extraordinaria, tienes que ser un hombre de elecciones inteligentes. 

Cuando viene el dolor de cabeza, la angustia, la cruz, las lagrimas, cuando viene el remordimiento... cuando nuestras decisiones no han sido decisiones responsables. 

El Libro del Deuteronomio: Moisés mira, pongo delante de ti la vida y el bien. Hemos sido creado para la libertad, no para ser esclavos, y dentro de la libertad hay una libertad maravillosa y extraordinaria, que es la libertad de elegir, Dios no elige por nosotros, Dios nos elige a nosotros y nos da la capacidad de decisión libre. 

Pongo delante ti la vida y el bien, la muerte y el mal. Pongo delante de ti la vida y la muerte, la bendición y la  maldición.

Cuaresma es el tiempo para que reconozcamos, sin justificaciones, de qué manera en cualquier momento elegimos la muerte, elegimos la maldición, el demonio, la maldad, o elegimos la vida, de que manera en algún momento elegimos a Dios, de que manera elegimos la Bendición, o de que manera en otro momento nosotros hemos elegido también la bondad.

Que es Cuaresma: es ser capaces de revisar nuestras decisiones. Cuando una persona no decide bien, la vida se convierte en una vida llena de angustia y remordimientos.

Vale la pena replantearnos, entrar dentro de nosotros mismos y empezar a revisar de qué manera hemos asumido el mandato del Señor, seguirlo, tomar la cruz y negarnos a nosotros mismos.

Que el Señor nos ayude a entender bien esta ruta, que el mismo nos ha trazado. Un poquito de negación no nos viene mal, un poquito de cruz no nos viene mal, seguir al Señor nos viene muy bien, y descubrir en medio de todas esas cosas que hemos elegido entre lo bueno, lo mejor. 

Que el Señor nos regale a todos nosotros esa GRACIA.

AMEN.

Fuente:


viernes, 22 de marzo de 2024

CADA DIA DE SEMANA SANTA




La Enciclopedia Católica señala que la Semana Santa “es aquella que precede a la gran festividad de la Resurrección, el Domingo de Pascua”. Estos siete días son claves, porque cada uno nos lleva a meditar sobre la Pasión de Cristo de una manera especial. Aquí te lo explicamos.

Domingo de Ramos

La Semana Santa inicia con el Domingo de Ramos. De acuerdo al Misal Romano (Versión de México), “en este día la Iglesia recuerda la entrada de Cristo, el Señor, en Jerusalén para consumar su Misterio pascual”. El Misal indica que se debe conmemorar de este hecho. 

Para ello los fieles y el sacerdote se reúnen generalmente fuera del templo. Allí se bendicen las palmas y luego se camina en procesión hasta la iglesia. En el Evangelio se proclama la lectura de la Pasión del Señor y cuando se lee que Jesús expiró, todos se arrodillan y hacen una breve pausa en silencio.

Lunes Santo

El Lunes Santo es llamado Lunes de Autoridad. La Red de Librerías Paulinas señala que en este día “se recuerda y conmemora la unción de Jesús en la casa de Lázaro”. En el Evangelio se lee que María, hermana de Lázaro, unge los pies del Maestro con un perfume carísimo y Jesús corrige con autoridad a Judas Iscariote sobre el sentido de este gesto.

De acuerdo a la Enciclopedia Católica, antiguamente, un día antes del Domingo de Ramos, se celebraba en algunas partes el Sábado de Lázaro e incluso el Domingo de Ramos a veces también era llamado Domingo de Lázaro. Al parecer, la liturgia actual ha querido conservar esta tradición en el Lunes Santo.

Martes Santo

El Martes Santo es considerado el Martes de la Controversia. En el Evangelio, tomado de San Juan, se lee que Jesús anuncia a sus discípulos que uno de ellos los iba a traicionar y Judas abandona el grupo. Además, el Señor profetiza a Pedro que lo iba a negar antes de que cante el gallo. Los Apóstoles quedaron consternados.

Miércoles Santo

El Miércoles Santo es el Día de la Traición. En el Evangelio, tomado de San Mateo, se narra que Judas Iscariote tranza con los Sumo Sacerdotes entregar al Maestro por 30 monedas de plata.

En la Última Cena, Judas le pregunta a Cristo si era él el que lo iba a entregar y Jesús le responde: “Tú lo has dicho”.

Jueves Santo

El Jueves Santo es el Día del Sacerdote y de la Institución de la Eucaristía. El Misal indica que en este día están prohibidas las Misas sin participación de fieles. Generalmente en la mañana se realiza la Misa Crismal, en la que el obispo y los sacerdotes renuevan sus promesas sacerdotales. Además, se bendicen los óleos sagrados y el santo crisma.

En la tarde de este día concluye la Cuaresma y con la Misa de la Cena del Señor inicia el Triduo Pascual. En esta celebración se realiza el lavado de los pies, tal como hizo Jesús con sus discípulos. Al finalizar, se traslada el Santísimo Sacramento al “lugar de la reserva”. El altar queda sin manteles, ni candeleros, y se retiran o se cubren todas las cruces.

Viernes Santo

El Misal señala que en este día no se celebra ningún sacramento, salvo la Penitencia y la Unción de los enfermos. Por lo tanto, no hay Misas. 

Cerca de las 3:00 p.m. o en un horario posterior se realiza la celebración de la Pasión del Señor. El sacerdote se postra, rostro en tierra, ante el altar. Más adelante se hace la oración universal y se adora la cruz.

Para la Comunión, se le pone mantel y un corporal al altar, el sacerdote retira las hostias consagradas del “lugar de la reserva” y posteriormente reparte la comunión a los fieles. El Misal indica que al terminar la celebración el altar queda nuevamente desnudo y sobre él queda “la cruz con dos o cuatro candeleros”.

Sábado Santo

El Misal especifica que en este día tampoco se celebra ningún sacramento, salvo la Penitencia y la Unción de los enfermos. No se puede dar la Comunión, pero sí el viático (comunión en peligro de muerte). El altar permanece sin nada y en algunos lugares el sagrario queda abierto, mostrando que está vacío.

El Sábado Santo es el día de la espera y la esperanza. La Iglesia Católica medita  el descenso de Cristo a los infiernos y aguarda su resurrección con ayuno y oración. De esta manera, el sábado por la tarde, concluye la Semana Santa. 

Hay que añadir que el Sábado Santo es a veces denominado Sábado de Gloria por lo que se celebra esa noche.

Domingo de Resurrección

El Domingo de Resurrección inicia con la Vigilia Pascual que se realiza la noche del Sábado Santo. Según el Misal, esta vigilia “es la mayor y más noble de todas las solemnidades”.

En esta celebración se bendice el fuego y se enciende el cirio pascual, se anuncia el pregón pascual y se leen lecturas del Antiguo y Nuevo testamento. Además, se bendice el agua, se renuevan las promesas bautismales y se festeja la resurrección del Señor exclamando al final de la Misa “Aleluya, Aleluya”.


Fuente: Aciprensa. 

martes, 19 de marzo de 2024

CELEBRACION FECHA SEMANA SANTA

 Cada año, la Semana Santa, que inicia con el Domingo de Ramos y concluye con el Domingo de Resurrección, se celebra en una fecha distinta. Esto se debe a una razón histórica. Aquí te lo explicamos.

Para los católicos, la Semana Santa es la celebración más importante del calendario litúrgico, porque se recuerda la resurrección de Jesús. De hecho, durante los tres primeros siglos de la fe era la única fiesta que se celebraba.

El origen de la fecha se debe a que la muerte de Cristo ocurrió cerca de la Pascua judía. Los Evangelios se refieren a esta celebración en el pasaje bíblico de la Última Cena, cuando Jesús se reunió con sus discípulos para celebrar la fiesta en la que los judíos recordaban su salida de Egipto.

Los judíos, de acuerdo a sus normas, deben renovar cada año esta celebración el día 15 del mes de Nisán, que empieza con la primera luna nueva de primavera: es decir, el primer plenilunio de primavera, independientemente del día de la semana que toque.

Luna llena

Con el paso del tiempo, y aunque algunas regiones en el mundo se resistían, la Iglesia comenzó a unificar la fecha de la Pascua. Desde el I Concilio Ecuménico de Nicea en el año 325, la Semana Santa se celebra el primer domingo de luna llena después del equinoccio primaveral en el hemisferio norte y equinoccio otoñal en el hemisferio sur (alrededor del 21 de marzo).

Al principio se tenía en cuenta que no coincidiera con la celebración de la Pascua judía, pero con el paso del tiempo se fue perdiendo esta costumbre, al menos en Occidente.

La mayoría de las veces la Semana Santa cae durante la primera o segunda semana de abril.

Fuente:  Aciprensa.

SOLEMNIDAD DE SAN JOSÉ


𝗛𝗼𝘆 𝗲𝘀 𝗹𝗮 𝗦𝗼𝗹𝗲𝗺𝗻𝗶𝗱𝗮𝗱 𝗱𝗲 𝗦𝗮𝗻 𝗝𝗼𝘀𝗲, 𝗲𝘀𝗽𝗼𝘀𝗼 𝗱𝗲 𝗹𝗮 𝗩𝗶𝗿𝗴𝗲𝗻 𝗠𝗮𝗿í𝗮 𝘆 𝗦𝗮𝗻𝘁𝗼 𝗖𝘂𝘀𝘁𝗼𝗱𝗶𝗼 𝗱𝗲 𝗹𝗮 𝗜𝗴𝗹𝗲𝘀𝗶𝗮.⁣

Así, el humilde carpintero se vio impulsado a abrirse paso a través de un mar de dudas, acogiéndose con confianza a la gracia divina. José, una vez de la mano del que todo lo puede, no miró más atrás.⁣

𝗦𝗘𝗥 𝗟𝗔 𝗦𝗢𝗠𝗕𝗥𝗔 𝗗𝗘𝗟 𝗣𝗔𝗗𝗥𝗘 ⁣

La misión confiada a San José fue inmensa, capaz de desbordar cualquier cálculo humano; capaz de hacer temblar al más fuerte o abrumar al más cerebral. Frente a ella, sin embargo, José respondió con fe, obediencia, valor y sencillez. No hizo aspavientos, ni buscó reconocimientos. Muy por el contrario, confió en Dios y puso manos a la obra -y ¡vaya que le costó!-.⁣

Lo suyo no fue ocupar un lugar protagónico; por eso, su ‘puesto’ y sus ademanes recuerdan lo contemplativo, no en vano se le conoce como el ‘𝗦𝗮𝗻𝘁𝗼 𝗱𝗲𝗹 𝗦𝗶𝗹𝗲𝗻𝗰𝗶𝗼’.⁣

𝗦𝗔𝗡𝗧𝗢 𝗣𝗔𝗧𝗥𝗢𝗡𝗢 ⁣

En virtud de la responsabilidad que le fue otorgada -cumplida a cabalidad- San José ha recibido innumerables patronazgos. El más importante de ellos es el que ejerce sobre toda la Iglesia: el Beato Papa Pío IX proclamó a San José “Patrono de la Iglesia Católica” mediante el decreto Quemadmodum Deus [Del modo en que Dios] del 8 de diciembre de 1870. Y es que José fue el custodio de la semilla misma de la Iglesia, el hogar de Nazareth.⁣

A este patronazgo se suman los incontables que el santo posee alrededor del mundo y en todas las épocas: comunidades religiosas, instituciones (tanto eclesiales como civiles) e incluso sobre naciones enteras -como es el caso del Perú-. Como dato llamativo, cabe mencionar que muchas ciudades alrededor del globo llevan su nombre.⁣

Por otro lado, quien fuera Padre de Jesús en la tierra es también el ‘santo patrono de la buena muerte’, un patronazgo quizás menos conocido, pero que también vale la pena tener presente.⁣

𝗨𝗡𝗔 𝗠𝗜𝗦𝗜𝗢𝗡 ⁣

Quiso Dios que el amor del corazón de José de Nazareth se volcara sobre María al punto de elegirla como esposa. Ese amor que Dios inspiró se fue perfeccionando poco a poco a lo largo de la vida adulta del Santo.


Fuente: Parroquia San Mauricio. 

lunes, 18 de marzo de 2024

CRISTO, SE MI ESCUDO HOY

 

Muchos males físicos y espirituales existen a nuestro alrededor. Hoy igual que en el siglo V, cuando san Patricio lidió con los rudos saqueadores irlandeses y logró mostrarles la fuerza y la paz de Jesús.

En aquellos años difíciles, él rezaba esta poderosa oración. Y hoy puede serte útil a ti para levantarte y sentir a Cristo contigo, delante de ti, detrás de ti, dentro y sobre ti, en todo momento…

Me levanto

Me levanto hoy por medio de la poderosa fuerza, la invocación de la Santísima Trinidad, por medio de la fe en sus tres personas, por medio de la confesión de la unidad del Creador del universo.

Me levanto hoy, por medio de la fuerza del nacimiento de Cristo y su bautismo, por medio de la fuerza de su crucifixión y de su sepulcro, por medio de la fuerza de su resurrección y su asunción, por medio de la fuerza de su descenso para juzgar el mal.

Me levanto hoy por medio de la fuerza del amor de querubines, en obediencia de los ángeles, en servicio de arcángeles, en la esperanza que la resurrección encuentra recompensa, en las oraciones de los patriarcas, en las palabras de los profetas, en las prédicas de los apóstoles, en la inocencia de las santas vírgenes, en las obras de todos los hombres de bien.

Me levanto hoy por medio del poder del cielo: luz del sol, esplendor del fuego, rapidez del rayo, ligereza del viento, profundidad de los mares, estabilidad de la tierra, firmeza de la roca.

Me levanto hoy por medio de la fuerza de Dios que me conduce: poder de Dios que me sostiene, sabiduría de Dios que me guía, mirada de Dios que me vigila, oído de Dios que me escucha, Palabra de Dios que habla por mí, mano de Dios que me guarda, sendero de Dios tendido frente a mí, escudo de Dios que me protege, legiones de Dios para salvarme de trampas del demonio, de tentaciones de vicios, de cualquiera que me desee mal, lejanos y cercanos, solos o en multitud.

Invoco 

Yo invoco este día a todos estos poderes entre mí y el maligno, contra despiadados poderes que se opongan a mi cuerpo y alma, contra conjuros de falsos profetas, contra las leyes negras de los paganos, contra las falsas leyes de los herejes, contra las obras y astucia de la idolatría, contra los encantamientos de brujas, forjas y hechiceros, contra cualquier conocimiento corruptor del cuerpo y del alma.

Cristo, sé mi escudo hoy, contra venenos, contra quemaduras, contra sofocación, contra heridas, de tal forma que pueda yo recibir recompensa en abundancia.

Cristo conmigo, Cristo delante mí, Cristo detrás de mí, Cristo dentro de mí, Cristo debajo mí, Cristo sobre mí, Cristo a mi derecha, Cristo a mi izquierda, Cristo cuando me acuesto, Cristo cuando me siento, Cristo cuando me levanto, Cristo en la anchura, Cristo en la longitud, Cristo en la altura, Cristo en el corazón de todo hombre que piensa en mí, Cristo en la boca de todo hombre que hable de mí, Cristo en los ojos de todos los que me ven, Cristo en los oídos de todos los que me escuchan.

Me levanto hoy por medio de la poderosa fuerza, la invocación de la Santísima Trinidad, por medio de la fe en sus tres personas, por medio de la confesión de la unidad del creador del universo. Amén.


Fuente: Aleteia

sábado, 16 de marzo de 2024

JESUS, SOLO EN TI HAY BENDICION.

 


Que bueno es ser capaz de estar aquí en este lugar, en la presencia de Jesús Eucaristía, estar delante del Señor que nos conoce por dentro y por fuera, es Jesus, que de una manera extraordinaria toma la vida de una persona y la empieza pulir y la hace todos los días mas hermosa.

No descanses, así como esculpir una obra se toma tanto tiempo, cuánto mas tiempo se va a tomar Jesús con una persona, que es más especial y más importante que un objeto y que una cosa.

Deje que el Señor haga la obra, aquí en este lugar El Señor hace cosas extraordinarias. Aquí en este lugar el Señor hace ser mas paciente, hace obras maravillosas, el Señor te hace mas tolerante, en este lugar no tiene sentido en que uno pierda en tiempo en cosas que no reviste de mucha importancia. 

Aquí te enseña que no tienes por qué quemar tus energías, tus neuronas en cosas pasajeras. Es una escuela muy linda porque el Señor con una palabra empieza a transformarlo todo, y lo va notando la gente, nota en uno la obra de Dios.

Déjese llevar, deje que Dios lo haga, no le ponga resistencia, no le haga repulsa, Dios sabe lo que hace. Vive tu momento con Jesús. No es el momento de la multitud que esta reunida, es mi momento con Jesús, cada uno vive su hora santa como quiere, vive tu momento con el Señor.

Uno que hace en este momento, abrirle el corazón, dejarlo entrar, dejarlo leer el interior, ni siquiera hay que hablar, hay que dejar que El nos hable, y a veces, de una manera maravillosa uno lo siente ahí, con uno, siente una presencia que lo inunda todo, uno siente regocijo, uno siente paz, tranquilidad.


Habla un momentito con El, en el silencio de su corazón, reconozca a Jesús en este lugar, entregue los nombres de las personas que tanto amas, entrega tus proyectos, tus luchas, lo que estás a punto de emprender, lo que estás haciendo, todas las bendiciones, entregue la familia, la decisión importante que tienes que tomar, entréguele al Señor lo que te ha hecho llorar, entrega tus lagrimas, llorar es un don, entrega tu enfermedad, tu vida y luchas de cada día.

Te invito para que nunca se te olvide, que en medio de las luchas uno tiene que aprender a levantar las manos al Señor, cuando uno levanta las manos al Señor se vuelve mas fuerte, le dices: AQUI ESTOY YO. Estoy llamando tu atención, le dices aquí esta tu hijo.



Fuente: padre Freddy Bustamante 

miércoles, 28 de febrero de 2024

ORACION A SAN JOSE

 𝐀𝐍𝐓𝐈𝐆𝐔𝐀 𝐎𝐑𝐀𝐂𝐈𝐎‌𝐍 𝐀 𝐒𝐀𝐍 𝐉𝐎𝐒𝐄‌ 


“𝗖𝗢𝗡𝗢𝗖𝗜𝗗𝗔 𝗣𝗢𝗥 𝗡𝗢 𝗙𝗔𝗟𝗟𝗔𝗥 𝗡𝗨𝗡𝗖𝗔”

"𝘌𝘴𝘵𝘢 𝘰𝘳𝘢𝘤𝘪𝘰‌𝘯 𝘧𝘶𝘦 𝘦𝘯𝘤𝘰𝘯𝘵𝘳𝘢𝘥𝘢 𝘦𝘯 𝘦𝘭 𝘢ñ‌𝘰 50 𝘥𝘦 𝘯𝘶𝘦𝘴𝘵𝘳𝘰 𝘚𝘦𝘯‌𝘰𝘳 𝘺 𝘚𝘢𝘭𝘷𝘢𝘥𝘰𝘳 𝘑𝘦𝘴𝘶𝘤𝘳𝘪𝘴𝘵𝘰. 𝘌𝘯 𝘦𝘭 𝘴𝘪𝘨𝘭𝘰 𝘟𝘝𝘐 𝘦𝘯𝘷𝘪𝘰‌ 𝘦𝘭 𝘗𝘢𝘱𝘢 𝘦𝘴𝘵𝘢 𝘖𝘳𝘢𝘤𝘪𝘰‌𝘯 𝘢𝘭 𝘌𝘮𝘱𝘦𝘳𝘢𝘥𝘰𝘳 𝘊𝘢𝘳𝘭𝘰𝘴. 𝘌𝘭 𝘦𝘮𝘱𝘦𝘳𝘢𝘥𝘰𝘳 𝘳𝘦𝘤𝘪𝘣𝘪𝘰‌ 𝘦𝘴𝘵𝘢 𝘰𝘳𝘢𝘤𝘪𝘰‌𝘯 𝘢𝘭 𝘱𝘳𝘦𝘱𝘢𝘳𝘢𝘳𝘴𝘦 𝘱𝘢𝘳𝘢 𝘦𝘮𝘱𝘳𝘦𝘯𝘥𝘦𝘳 𝘭𝘢 𝘣𝘢𝘵𝘢𝘭𝘭𝘢. 𝘓𝘰𝘴 𝘲𝘶𝘦 𝘭𝘦𝘺𝘦𝘴𝘦𝘯 𝘦𝘴𝘵𝘢 𝘰𝘳𝘢𝘤𝘪𝘰‌𝘯 𝘴𝘦𝘳𝘢‌𝘯 𝘱𝘳𝘦𝘮𝘪𝘢𝘥𝘰𝘴. 𝘐𝘨𝘶𝘢𝘭𝘮𝘦𝘯𝘵𝘦 𝘴𝘦 𝘱𝘳𝘦𝘮𝘪𝘢𝘳𝘢‌ 𝘢 𝘭𝘰𝘴 𝘲𝘶𝘦 𝘭𝘢 𝘦𝘴𝘤𝘶𝘤𝘩𝘢𝘴𝘦𝘯 𝘢𝘭 𝘴𝘦𝘳 𝘭𝘦𝘪‌𝘥𝘢 𝘰 𝘴𝘪 𝘭𝘢 𝘭𝘭𝘦𝘷𝘢𝘴𝘦𝘯 𝘦𝘯 𝘴𝘶 𝘱𝘦𝘳𝘴𝘰𝘯𝘢. 𝘈 𝘵𝘰𝘥𝘢𝘴 𝘦𝘴𝘵𝘢𝘴 𝘢𝘭𝘮𝘢𝘴 𝘴𝘦 𝘭𝘦𝘴 𝘱𝘳𝘰𝘮𝘦𝘵𝘦 𝘲𝘶𝘦 𝘯𝘰 𝘮𝘰𝘳𝘪𝘳𝘢‌𝘯 𝘳𝘦𝘱𝘦𝘯𝘵𝘪𝘯𝘢𝘮𝘦𝘯𝘵𝘦; 𝘯𝘪 𝘴𝘦 𝘢𝘩𝘰𝘨𝘢𝘳𝘢‌𝘯; 𝘯𝘪 𝘴𝘦𝘳𝘢‌𝘯 𝘢𝘧𝘦𝘤𝘵𝘢𝘥𝘰𝘴 𝘱𝘰𝘳 𝘦𝘭 𝘷𝘦𝘯𝘦𝘯𝘰 . 𝘕𝘰 𝘤𝘢𝘦𝘳𝘢‌𝘯 𝘦𝘯 𝘮𝘢𝘯𝘰𝘴 𝘥𝘦 𝘴𝘶𝘴 𝘦𝘯𝘦𝘮𝘪𝘨𝘰𝘴; 𝘯𝘪 𝘴𝘦𝘳𝘢‌𝘯 𝘤𝘰𝘯𝘴𝘶𝘮𝘪𝘥𝘰𝘴 𝘦𝘯 𝘯𝘪𝘯𝘨𝘶‌𝘯 𝘪𝘯𝘤𝘦𝘯𝘥𝘪𝘰; 𝘯𝘪 𝘢𝘶𝘯 𝘥𝘦𝘳𝘳𝘰𝘵𝘢𝘥𝘰𝘴 𝘦𝘯 𝘭𝘢 𝘣𝘢𝘵𝘢𝘭𝘭𝘢”.


𝐎𝐡 𝐬𝐚𝐧 𝐉𝐨𝐬𝐞‌, 𝐜𝐮𝐲𝐚 𝐩𝐫𝐨𝐭𝐞𝐜𝐜𝐢𝐨‌𝐧 𝐞𝐬 𝐭𝐚𝐧 𝐠𝐫𝐚𝐧𝐝𝐞, 𝐭𝐚𝐧 𝐟𝐮𝐞𝐫𝐭𝐞 𝐲 𝐭𝐚𝐧 𝐢𝐧𝐦𝐞𝐝𝐢𝐚𝐭𝐚 𝐚𝐧𝐭𝐞 𝐞𝐥 𝐭𝐫𝐨𝐧𝐨 𝐝𝐞 𝐃𝐢𝐨𝐬, 𝐚 𝐭𝐢 𝐜𝐨𝐧𝐟𝐢‌𝐨 𝐭𝐨𝐝𝐚𝐬 𝐦𝐢𝐬 𝐢𝐧𝐭𝐞𝐧𝐜𝐢𝐨𝐧𝐞𝐬 𝐲 𝐝𝐞𝐬𝐞𝐨𝐬.

𝐀𝐲𝐮‌𝐝𝐚𝐦𝐞, 𝐬𝐚𝐧 𝐉𝐨𝐬𝐞‌, 𝐜𝐨𝐧 𝐭𝐮 𝐩𝐨𝐝𝐞𝐫𝐨𝐬𝐚 𝐢𝐧𝐭𝐞𝐫𝐜𝐞𝐬𝐢𝐨‌𝐧, 𝐚 𝐨𝐛𝐭𝐞𝐧𝐞𝐫 𝐭𝐨𝐝𝐚𝐬 𝐥𝐚𝐬 𝐛𝐞𝐧𝐝𝐢𝐜𝐢𝐨𝐧𝐞𝐬 𝐞𝐬𝐩𝐢𝐫𝐢𝐭𝐮𝐚𝐥𝐞𝐬 𝐩𝐨𝐫 𝐢𝐧𝐭𝐞𝐫𝐜𝐞𝐬𝐢𝐨‌𝐧 𝐝𝐞 𝐭𝐮 𝐇𝐢𝐣𝐨 𝐚𝐝𝐨𝐩𝐭𝐢𝐯𝐨, 𝐉𝐞𝐬𝐮𝐜𝐫𝐢𝐬𝐭𝐨 𝐍𝐮𝐞𝐬𝐭𝐫𝐨 𝐒𝐞𝐧‌𝐨𝐫, 𝐝𝐞 𝐦𝐨𝐝𝐨 𝐪𝐮𝐞, 𝐚𝐥 𝐜𝐨𝐧𝐟𝐢𝐚𝐫𝐦𝐞, 𝐚𝐪𝐮𝐢‌ 𝐞𝐧 𝐥𝐚 𝐭𝐢𝐞𝐫𝐫𝐚, 𝐚 𝐭𝐮 𝐩𝐨𝐝𝐞𝐫 𝐜𝐞𝐥𝐞𝐬𝐭𝐢𝐚𝐥, 𝐓𝐞 𝐭𝐫𝐢𝐛𝐮𝐭𝐞 𝐦𝐢 𝐚𝐠𝐫𝐚𝐝𝐞𝐜𝐢𝐦𝐢𝐞𝐧𝐭𝐨 𝐲 𝐡𝐨𝐦𝐞𝐧𝐚𝐣𝐞.

𝐎𝐡 𝐬𝐚𝐧 𝐉𝐨𝐬𝐞‌, 𝐲𝐨 𝐧𝐮𝐧𝐜𝐚 𝐦𝐞 𝐜𝐚𝐧𝐬𝐨 𝐝𝐞 𝐜𝐨𝐧𝐭𝐞𝐦𝐩𝐥𝐚𝐫𝐭𝐞 𝐜𝐨𝐧 𝐉𝐞𝐬𝐮‌𝐬 𝐚𝐝𝐨𝐫𝐦𝐞𝐜𝐢𝐝𝐨 𝐞𝐧 𝐭𝐮𝐬 𝐛𝐫𝐚𝐳𝐨𝐬. 𝐍𝐨 𝐦𝐞 𝐚𝐭𝐫𝐞𝐯𝐨 𝐚 𝐚𝐜𝐞𝐫𝐜𝐚𝐫𝐦𝐞 𝐜𝐮𝐚𝐧𝐝𝐨 𝐄‌𝐥 𝐝𝐞𝐬𝐜𝐚𝐧𝐬𝐚 𝐣𝐮𝐧𝐭𝐨 𝐚 𝐭𝐮 𝐜𝐨𝐫𝐚𝐳𝐨‌𝐧. 𝐀𝐛𝐫𝐚‌𝐳𝐚𝐥𝐞 𝐞𝐧 𝐦𝐢 𝐧𝐨𝐦𝐛𝐫𝐞, 𝐛𝐞𝐬𝐚 𝐩𝐨𝐫 𝐦𝐢‌ 𝐬𝐮 𝐝𝐞𝐥𝐢𝐜𝐚𝐝𝐨 𝐫𝐨𝐬𝐭𝐫𝐨 𝐲 𝐩𝐢‌𝐝𝐞𝐥𝐞 𝐪𝐮𝐞 𝐦𝐞 𝐝𝐞𝐯𝐮𝐞𝐥𝐯𝐚 𝐞𝐬𝐞 𝐛𝐞𝐬𝐨 𝐜𝐮𝐚𝐧𝐝𝐨 𝐲𝐨 𝐞𝐱𝐡𝐚𝐥𝐞 𝐦𝐢 𝐮‌𝐥𝐭𝐢𝐦𝐨 𝐬𝐮𝐬𝐩𝐢𝐫𝐨.

¡𝐒𝐚𝐧 𝐉𝐨𝐬𝐞‌, 𝐩𝐚𝐭𝐫𝐨𝐧𝐨 𝐝𝐞 𝐥𝐚𝐬 𝐚𝐥𝐦𝐚𝐬 𝐪𝐮𝐞 𝐩𝐚𝐫𝐭𝐞𝐧, 𝐫𝐮𝐞𝐠𝐚 𝐩𝐨𝐫 𝐦𝐢!

𝐀𝐦𝐞‌𝐧.


𝑅𝑣𝑑𝑠𝑚𝑜. 𝐽𝑜𝑟𝑔𝑒 𝑊 𝐴ℎ𝑟

𝑂𝑏𝑖𝑠𝑝𝑜 𝑑𝑒 𝑇𝑟𝑒𝑛𝑡𝑜𝑛

lunes, 26 de febrero de 2024

SOCORRE A MIS HIJOS

 ¡Socorre a mis hijos!

Confía a tus hijos a la Virgen del Perpetuo Socorro con esta oración:

¡Madre mía, socorre a mis hijos!

Que esta palabra sea el grito de

mi corazón desde la aurora.

¡Oh María! Que tu bendición

los acompañe, los guarde, los defienda

los anime, los sostenga en todas

partes y en todas las cosas.


Cuando postrados ante la

presencia del Señor le ofrezcan

sus tributos de alabanza y

oración, cuando le presenten

sus necesidades, o imploren

sus divinas misericordias.

¡Madre mía socorre a mis hijos!


Cuando se dirijan al trabajo

donde el deber los llama,

cuando pasen

de una ocupación a otra,

a cada movimiento que ejecuten,

a cada paso que den

y a cada nueva acción.

¡Madre mía socorre a mis hijos!


Cuando la prueba venga

a ejercitar su debilísima virtud

y el cáliz del sufrimiento se

muestre antes sus ojos,

cuando la Divina Misericordia,

quiera instruirlos y

purificarlos por el sufrimiento.

¡Madre mía socorre a mis hijos!


Cuando el infierno

desencadenado contra ellos

se esfuerce en seducirlos

con los atractivos del placer,

las violencias de las tentaciones

y los malos ejemplos.

¡Madre mía socorre y preserva

de todo mal a mis hijos!


Cuando se dirijan a buscar

el remedio de sus males

y la curación de sus heridas

en el Tribunal de la

reconciliación y de la paz

¡Madre mía socorre a mis hijos!


Cuando se acerquen

a la Sagrada Mesa

para alimentarse con el

Pan de los Ángeles,

con el Verbo hecho carne

por nosotros

en tus purísimas entrañas.

¡Madre mía bendice a mis hijos!


Cuando en la noche

se dispongan al descanso

a fin de continuar con nuevo fervor

al día siguiente su camino hacia la patria eterna

¡Madre mía bendice a mis hijos!


Que tu bendición, Madre mía,

descienda sobre ellos,

en el día, en la noche,

en el consuelo, en la tristeza,

en el trabajo, en el descanso,

en la salud y en la enfermedad,

en la vida y en la muerte

y que esta no sea repentina,

y por toda una eternidad. 

Así Sea.


(Se rezan tres avemarías)

domingo, 25 de febrero de 2024

LA FUERZA DE LA ORACION

 


La fuerza de la oración

El Catecismo de la Iglesia Católica habla de la oración ex profeso en la cuarta y última parte, pero nos muestra, al comenzarla, que todo lo tratado anteriormente tiene relación con ella. De hecho, llama a las tres partes anteriores «Misterio de la fe» y aclara: «este Misterio exige que los fieles crean en él, lo celebren y vivan de él en una relación viviente y personal con Dios vivo y verdadero. Esta relación es la oración».

Por eso toda persona que se convierte, sea la primera o segunda conversión, comienza a tener vida de oración –o la intensifica–, porque comienza a tener verdadera relación (es decir, trato, comunicación, diálogo, etc.) con Dios –o la profundiza de manera notable–. Es esto lo que llevaba a preguntarse, admirado, a San Ignacio: «¿Qué nueva vida es esta que ahora comenzamos?».

Y esto son, primera y principalmente los Ejercicios, una inigualable enseñanza del arte de orar, es decir, del arte de relacionarnos con Dios. Porque si bien es cierto que los Ejercicios tienen como objetivo ordenar la vida habiendo superado los afectos desordenados, no menos cierto es que la forma, la manera, el modo de alcanzarlo no es otro que la oración, que el Santo engloba justamente con el nombre de «Ejercicios»: «por este nombre, exercicios spirituales, se entiende todo modo de examinar la consciencia, de meditar, de contemplar, de orar vocal y mental, y de otras spirituales operaciones».

Todas las demás anotaciones y adiciones que con un celestial conocimiento de la psicología humana y de las leyes del espíritu, con precisión de cirujano y repetición de maestro, con escrupuloso respeto de la misteriosa relación de naturaleza y gracia y con la sabiduría propia de la experiencia, da el Santo en los Ejercicios, no tienen otro fin que ayudar, ¡y cuánto lo hacen!, a «hacer bien la oración» o, mejor dicho, a transformarnos en hombres de oración, profundizando cada vez más nuestra relación con Dios. 

Es particularmente santificador y del todo fuerte la experiencia –sobre todo en Ejercicios típicos, de 30 días en retiro, pero no solo en ellos– de vivir todo el día en un clima de oración. Con toda su autoridad en el tema, taxativamente dirá el P. Casanovas: «Hacer los ejercicios, es primaria y principalmente experimentar en sí propio la fuerza de la oración».

Gran maestro de oración es San Ignacio. Pío XI, hablando del «admirable libro de los Ejercicios» afirma que «sobresalió y resplandeció (…) como fuente inexhausta de piedad muy eximia a la vez que muy sólida». Juan Pablo II, por su parte, afirmaba que «el cristiano con el fuerte dinamismo de los ejercicios es ayudado a entrar en el ámbito de los pensamientos de Dios, de sus designios para confiarse a Él, Verdad y Amor»; «entrar en los pensamientos de Dios», no podría definirse mejor lo que es la oración.

Es a esto que nos enseña San Juan Newman a lo que nos lleva de la Mano San Ignacio en los Ejercicios:

«El hábito de oración, la práctica de buscar a Dios y el mundo invisible en cada momento, en cada lugar, en cada emergencia –os digo que la oración tiene lo que se puede llamar un efecto natural en el alma, espiritualizándola y elevándola–. Un hombre ya no es lo que era antes; gradualmente… se ve imbuido de una serie de ideas nuevas, y se ve impregnado de principios diferentes».

Sigamos perseverando en los Ejercicios y podremos decir, sin duda, con San Ignacio: «¿Qué nueva vida es esta que ahora comenzamos?». Y todo gracias a «la fuerza de la oración».

¡Ave María y adelante!

 

martes, 16 de enero de 2024

IDEAS CATOLICAS PARA REFORZAR TU VIDA DE FE


En la búsqueda constante de crecimiento espiritual y conexión con lo sagrado en la vida cotidiana, descubrir nuevas formas de fortalecer tu fe católica puede ser transformador. Aquí te presentamos cinco ideas que podrían renovar tu vida de fe en 2024.

1. Dirige tu mirada hacia María

El 1 de enero, el Papa Francisco alentó a los fieles a confiar el nuevo año a la Virgen María, señalando que “ella, con ternura, sabrá revelar su plenitud; porque nos conducirá a Jesús, y Jesús es la plenitud del tiempo, de todo tiempo, de nuestro tiempo, del tiempo de cada uno de nosotros”.

La manera más efectiva de buscar la intercesión de María en la vida diaria es a través del rezo del Santo Rosario, el cual brinda protección espiritual y guía a los creyentes en su relación con Dios.

2. Aprende más sobre un santo

Busca libros que se centren en la biografía de santos específicos. Muchas librerías católicas o tiendas en línea ofrecen una amplia selección.

También puedes aprender de ellos viendo documentales o películas que representen sus vidas con fidelidad. Un filme reciente, El Cielo no puede esperar, muestra los testimonios de 10 personas cuyas vidas cambiaron luego de conocer la historia del Beato Carlo Acutis. También ha sido estrenada Padre Pío, que narra la historia del fraile capuchino, bendecido con los estigmas de Cristo, durante sus primeros años de sacerdocio.

Otra opción es participar en oraciones y devociones dedicadas a los santos, para aprender más sobre sus vidas y contribuciones a la fe católica.

3. Estudia la Biblia y los documentos de la Iglesia Católica  

Dedica tiempo a estudiar y meditar desde las Escrituras hasta los documentos papales. Lee la Biblia diariamente, reflexiona principalmente sobre los pasajes de los cuatro Evangelios y trata de aplicar sus enseñanzas a tu vida cotidiana.

Muchas personas encuentran orientación espiritual y moral en la Biblia. Los textos sagrados a menudo proporcionan principios éticos y morales que pueden servir como guía para la vida diaria.

Además, leer la Biblia permite mantener una conexión con Dios. Es un medio para comprender la voluntad de Dios y fortalecer la relación con Él.

El segundo libro esencial es el Catecismo, el compendio de la fe de la Iglesia Católica. La estructura de este libro concentra casi todos los temas importantes para los católicos en lecturas breves. Para una versión aún más resumida, puede leer el Compendio abreviado del Catecismo.

4. Disfruta de una buena lectura

También existen muchos otros libros que guían en la vida espiritual de un católico, entre ellos Camino, de San Josemaría Escrivá de Balaguer; Hacia una filosofía de la educación cristiana, de San Juan Pablo II; Confesiones de San Agustín, Los Ejercicios espirituales de San Ignacio de Loyola; e Imitación de Cristo de Tomás de Kempis.

Este último, escrito hace más de 500 años, es considerado el segundo libro más leído después de la Biblia. La obra está compuesta por cuatro libros, donde el autor traza el progreso del alma hasta e incluyendo su unión con Dios en la Sagrada Comunión.

Si estás interesado en leer libros católicos, hay una amplia variedad de opciones disponibles. Aquí puede consultar algunas de estas: https://goo.su/tFpFVQ

5. Pasa tiempo con Jesús

Por encima de todo, un católico debe pasar tiempo de calidad frente al Santísimo Sacramento del Altar, que es estar presente frente a la presencia real de Jesucristo. La oración frente a la Eucaristía es un acto de adoración y respeto hacia la presencia divina. Se considera un momento sagrado para dirigirse a Dios, expresar gratitud, alabar y adorar.

En la Solemnidad del Corpus Christi de 2023, el Papa Francisco afirmó que la Eucaristía “es por excelencia el sacramento del amor”. “Es Cristo que se ofrece por nosotros y nos pide que hagamos lo mismo, para que nuestra vida se convierta en pan que alimenta a los hermanos”, agregó.

La oración regular ante el Santísimo Sacramento es una práctica que contribuye al crecimiento espiritual. Ofrece un tiempo dedicado a la reflexión, la contemplación y la conexión íntima con lo divino, lo que puede fortalecer la relación personal con Dios.

También es un momento ideal para pedir por la Iglesia, por líderes religiosos, por la paz en el mundo y por las necesidades personales y comunitarias. Es un acto de intercesión poderoso.

 Por Diego López Marina