lunes, 26 de febrero de 2024

SOCORRE A MIS HIJOS

 ¡Socorre a mis hijos!

Confía a tus hijos a la Virgen del Perpetuo Socorro con esta oración:

¡Madre mía, socorre a mis hijos!

Que esta palabra sea el grito de

mi corazón desde la aurora.

¡Oh María! Que tu bendición

los acompañe, los guarde, los defienda

los anime, los sostenga en todas

partes y en todas las cosas.


Cuando postrados ante la

presencia del Señor le ofrezcan

sus tributos de alabanza y

oración, cuando le presenten

sus necesidades, o imploren

sus divinas misericordias.

¡Madre mía socorre a mis hijos!


Cuando se dirijan al trabajo

donde el deber los llama,

cuando pasen

de una ocupación a otra,

a cada movimiento que ejecuten,

a cada paso que den

y a cada nueva acción.

¡Madre mía socorre a mis hijos!


Cuando la prueba venga

a ejercitar su debilísima virtud

y el cáliz del sufrimiento se

muestre antes sus ojos,

cuando la Divina Misericordia,

quiera instruirlos y

purificarlos por el sufrimiento.

¡Madre mía socorre a mis hijos!


Cuando el infierno

desencadenado contra ellos

se esfuerce en seducirlos

con los atractivos del placer,

las violencias de las tentaciones

y los malos ejemplos.

¡Madre mía socorre y preserva

de todo mal a mis hijos!


Cuando se dirijan a buscar

el remedio de sus males

y la curación de sus heridas

en el Tribunal de la

reconciliación y de la paz

¡Madre mía socorre a mis hijos!


Cuando se acerquen

a la Sagrada Mesa

para alimentarse con el

Pan de los Ángeles,

con el Verbo hecho carne

por nosotros

en tus purísimas entrañas.

¡Madre mía bendice a mis hijos!


Cuando en la noche

se dispongan al descanso

a fin de continuar con nuevo fervor

al día siguiente su camino hacia la patria eterna

¡Madre mía bendice a mis hijos!


Que tu bendición, Madre mía,

descienda sobre ellos,

en el día, en la noche,

en el consuelo, en la tristeza,

en el trabajo, en el descanso,

en la salud y en la enfermedad,

en la vida y en la muerte

y que esta no sea repentina,

y por toda una eternidad. 

Así Sea.


(Se rezan tres avemarías)