La realidad de su existencia está profundamente arraigada en la Biblia: han acompañado al pueblo de Dios a lo largo de su historia. Citamos entre una multitud de otros ejemplos, el pasaje del Éxodo (Ex 23, 20-23): “Voy a enviar un ángel delante de ti, para que te guarde en el camino y te conduzca al lugar que te he preparado. Hazle caso y obedécele, no te rebeles contra él, pues actúa en mi Nombre y no perdonará vuestras transgresiones. Si le obedeces fielmente y haces todo lo que yo diga, tus enemigos serán mis enemigos y tus adversarios mis adversarios. Mi ángel caminará delante de ti”.
Los ángeles están presentes en toda la historia de la humanidad y en la de toda la creación. La intervención de los ángeles en la Biblia es constante.
Desde el momento de la concepción de un niño, Dios coloca un ángel a su lado. Una de sus tareas principales es la de ayudar a su protegido para que marche por los caminos de Dios y que no se desvíe. Nos defiende en nuestros combates espirituales contra el Adversario y los ángeles caídos, Personalmente he experimentado muchas veces la protección de mi Ángel de la Guarda, y si todavía estoy viva en esta tierra hoy en día, es en gran parte gracias a él.
Cuanto más rezamos a los ángeles, tanto más se manifiestan prestando ayuda eficaz. Frecuentemente me encuentro con padres desconsolados al ver que su hijo va por mal camino y que se quejan de que no los escucha. Pero todo sería diferente si ellos rezaran a sus ángeles custodios, los de ellos y el de su hijo, para que le ayuden a abrir su corazón a Dios. ¡Hacerlo diariamente es un acto de fe y de amor que da mucho fruto! También, ante una entrevista que se perfila difícil, podemos enviar a nuestro ángel custodio delante de nosotros para que prepare a la persona en cuestión y que permita un diálogo apacible.
Un consejo de Don Dolindo Ruotolo: Es bueno que recemos el Rosario en grupo, pero si no tenemos a nadie con quien rezarlo, ¡invitemos a nuestro Ángel de la Guarda para que lo rece con nosotros!
FUENTE:
@RosarioDeMarAMar
