sábado, 29 de junio de 2013

COMO PRESENTAR MIS HERIDAS A CRISTO EN LA ORACION.

La oración es presentar mis heridas a Cristo, dejar que tome mi corazón, mi historia, y mis sentimientos: toda mi miseria para que Él los coloque en su corazón y allí yo vea cómo se transforman por su amor misericordioso: en vida, en esperanza, en plenitud.

Es un donar mis heridas a Cristo para que me done su misericordia. Miseria y misericordia se juntan para obrar el misterio del amor de Dios que solo se logra desde un corazón confiado.

10 A's (actitudes) para presentar las heridas en la oración a Dios

1.       Apertura: entrar a la oración con un corazón abierto, con el alma desnuda, con mi espíritu ligero. Si abro mis heridas, Dios las sana, Él es médico. Podré volar, revestirme de su amor y compañía; mi corazón latirá al mismo ritmo que el suyo.

2.       Acción de gracias: comenzar la oración, mi "examen médico" agradeciendo a Dios todo lo que me ha dado, enciendo mi alma de amor por lo que me quiere. También darle gracias por lo que me ha quitado, cómo me ha guiado. Él nada quita y todo lo da.

3.    Arrepentimiento: Que mi corazón se sienta realmente triste, por haber ofendido al amigo, no por verme imperfecto. Que este arrepentimiento surja por amor, desde el amor y en el amor.

4.       Alegría: Es la alegría de quien quiere sanar, confía en que puede sanar y quien sabe que acude a quien lo puede sanar. Es una alegría profunda, un gozo. Cristo es feliz de vernos y de curarnos. Que me alegre de recibir su amor.

5.       Amor: que sea un acto de amor, no de temor. Señor te he ofendido, he amado poco. Enséñame a amar. Contemplar su vida terrena, dejar que su Palabra se hunda en mi vida y dejarse caminar el corazón por este amor que no tiene fin.

6.       Admiración: maravillarse de lo que sucede, quedo limpio, esto vivo, sus heridas me han curado.

7.    Amnesia: Dios sufre esta enfermedad, pérdida de memoria. No recuerda ya nuestros pecados. Ojalá nosotros tampoco recordemos nuestros pecados y sí su misericordia. Su perdón es profundo, total y si Él nos perdona. ¿Quién soy yo para no perdonarme o para preocuparme de algo que Él ya no recuerda?

8.       Alabanza: alabar a Dios por ser tan cercano y por respetar mi libertad. Él me espera, no empuja.

9.       Amistad: renovar mi amistad con Él, amistad que queda sellada en cada confesión con mi apertura y con su misericordia. Es un pacto de sangre, la mía y la tuya se juntan y quedo lavado por la tuya.

10.   Abrazo de un Padre: experimentar el abrazo del Padre de las misericordias, que me estrecha con tanta fuerza que apenas me deja hablar. Es un amor incondicional, todo lo perdona. Que mi propósito sea amar más, amar mejor y no ofender a mi Padre.


Para la oración
¿Cuál de estos pasos me cuesta más o está ausente en mi oración?

¿Cómo vivo mi confesión? ¿Me preparo para este encuentro? ¿Soy capaz de examinarme bien, ver mis actitudes y desnudar mi alma ante Cristo para que Él la sane?

¿Qué dificultades experimento en la oración, en la confesión que me impiden presentar mejor mis heridas? ¿Tengo alguna herida escondida que no presento?

Mis heridas en las tuyas, mi miseria en tu misericordia. Quiero vivir la más alta expresión de tu amor para crecer, volar, ser libre, sanar y alcanzarte Señor. Sin tu misericordia el mundo no existiría. Sin tu misericordia mi corazón no existiría, no podría amar porque no sabría ser amado.


El contenido de este artículo puede reproducirse total o parcialmente en internet, sin fines comerciales y citando siempre al autor y la fuente de la siguiente manera: Autor: P. Guillermo Serra, L.C.; publicado originalmente en:  http://www.la-oracion.com

PRODUCE UNA PERLA



Sabias que una ostra que no ha sido herida no puede producir perlas? 

Las perlas son producto del dolor, el resultado de la entrada de una sustancia extraña e indeseable al interior de la ostra, como un parásito o un grano de arena.


En la parte interna de la ostra se encuentra una sustancia lustrosa llamada nácar.


Cuando un grano de arena penetra en la ostra, las células de nácar comienzan a trabajar y cubren el grano de arena con capas y capas y más capas de nácar para proteger el cuerpo indefenso de la ostra.



Como resultado, se va formando una hermosa perla.

Una ostra que no haya sido herida de algún modo, no puede producir perlas… porque la perla es una herida cicatrizada.


¿Te has sentido lastimado por palabras hirientes?


¿Has sido acusado de haber dicho cosas que nunca dijiste?


¿Tus ideas fueron rechazadas o mal interpretadas?


¿O quizás fueron tomadas por alguien para presentarlas como propias?


¿Has sufrido golpes de los que adquieren ideas preconcebidas indebidamente?


¿Has sido objeto de la indiferencia?


Entonces... ¡produce una perla!


Cubre cada una de tus heridas con varias capas de amor. Muchas personas sólo aprenden a cultivar resentimientos, dejando sus heridas abiertas, alimentándose con sentimientos pobres, los cuales impiden que las lesiones cicatricen.

En la vida real, vemos muchas “ostras vacías”, no porque no hayan sido heridas, sino porque no han sabido perdonar, comprender y transformar el dolor en amor y su realidad no la han podido aceptar.

Vale la pena enfrentar las heridas...Vale la pena vivir.




Wendy, La niña de tus ojos.

CON EL TIEMPO.....


Con el tiempo…
…aprendes que estar con alguien porque te ofrece un 
buen futuro significa que tarde o temprano querrás volver a tu pasado.
Con el tiempo…
…te das cuenta que casarse sólo porque “te estas quedando” es una clara advertencia de que tu matrimonio será en fracaso.
Con el tiempo…
…comprendes que sólo quien es capaz de amarte con tus defectos, sin pretender cambiarte, puede brindarte toda la felicidad que deseas.

Con el tiempo…
…te das cuenta de que si estas al lado de esa persona solo por acompañar tu soledad, irremediablemente acabarás deseando no volver a verla.


Con el tiempo…
…te das cuenta de que los amigos verdaderos valen mucho más que cualquier cantidad de dinero.

Con el tiempo…
…entiendes que los verdaderos amigos son contados, y que el que no lucha por ellos tarde o temprano se verá rodeado sólo de amistades falsas.
Con el tiempo…
…aprendes que las palabras dichas en un momento de ira pueden seguir lastimando a quien heriste, durante toda la vida.

Con el tiempo…
…aprendes que disculpar cualquiera lo hace, pero perdonar es sólo de almas grandes.

Con el tiempo…
…comprendes que si has herido a un amigo duramente, muy probablemente la amistad jamás volverá a ser igual.
Con el tiempo…
…te das cuenta de que cada experiencia vivida con cada persona, es irrepetible.

Con el tiempo…
…te das cuenta de que el que humilla o desprecia a un ser humano, tarde o temprano sufrirá las mismas humillaciones o desprecios multiplicados.

Con el tiempo…
…aprendes a construir todos tus caminos en el hoy, porque el terreno del mañana, es demasiado incierto para hacer planes.

Con el tiempo…
…comprendes que apresurar las cosas o forzarlas a que pasen ocasionará que al final no sean como esperabas.

Con el tiempo…
…te das cuenta de que en realidad lo mejor no era el futuro, sino el momento que estabas viviendo justo en ese instante.

Con el tiempo…
…aprenderás que intentar perdonar o pedir perdón, decir que amas, decir que extrañas, decir que necesitas, decir que quieres ser amigo …ante una tumba…ya no tiene ningún sentido.

Y recuerda estas palabras:
“El hombre se hace viejo muy pronto y sabio demasiado tarde”.
…Justamente cuando:

“YA NO HAY TIEMPO”

Anónimo.


sábado, 22 de junio de 2013

SE QUE ESTAS AQUI....




AUNQUE MIS OJOS NO TE PUEDEN VER, SE QUE ESTAS AQUI...

Si sufres, no luches con Dios, pídele fuerzas.

Si lloras de dolor, no abandones Su camino, síguelo con fe y confianza.

Si te ves envuelto en un diluvio que azota tus sentidos, espera. Él a Su tiempo te rescatará y cubrirá de pétalos tu alma cansada.



Si la duda y la desesperanza se apoderan de tu corazón, levanta tu mirada hacia el Señor, pues sólo Su amor puede aliviar tus penas.


Si sientes que el temor está a punto de vencerte, agárrate de Dios, Él te protegerá y te hará descansar.



Si sientes hambre, no temas, Dios es el Pan de Vida.

Si te encuentras rodeado por las tinieblas, acércate a Jesús, Él es la luz del mundo. 


Si estás perdido, no te angusties, Dios, que es el Buen Pastor te guiará. Si no encuentras la salida en el solitario laberinto de tus tristezas, fija tus ojos en Dios, Él te acompañará.

“Si te sientes solo y no tienes en quien confiar, debes saber que Él ahora mismo está a tu lado esperando que le permitas ser tu amigo” Y El me ha dicho: Te basta mi gracia, pues mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, muy gustosamente me gloriaré más bien en mis debilidades, para que el poder de Cristo more en mí. (2 Corintios 12,9).




Roberto Segura Castro. 

COMO SABER EN LA ORACION SI ESTOY HACIENDO LA VOLUNTAD DE DIOS?


El signo principal de que estamos haciendo la voluntad de Dios es la paz. Paz que no es una simple tranquilidad psicológica porque todo va bien, sino una paz que es mucho más profunda, mucho más íntima. Esta paz se percibe y se confirma especialmente cuando estoy en presencia de Dios, en la oración.
La paz del que hace la voluntad de Dios va acompañada de otros elementos: un sentimiento interior de libertad (incluso cuando la voluntad de Dios puede ser exigente, no se cumple como algo restringido o forzado, sino con una motivación personal y libre), una cierta dilatación del corazón (el corazón se hace grande en el deseo de amar a Dios más y más, en la ternura y bondad hacia el prójimo), una alegría interior.
Dicho esto, el sentimiento de paz y aquello que lo acompaña (libertad, amor, alegría) no siempre se siente intensamente, y esto es por diferentes razones. A veces vivimos tiempos de pruebas, de tentaciones, de preguntas y dudas, incluso tormentas interiores, que son normales en toda vida espiritual y que hacen que, aunque seamos fieles a Dios y hagamos su voluntad, no gocemos sensiblemente de esta paz. Pero estos tiempos de prueba son pasajeros y la paz vuelve después de un tiempo, más profunda que antes.
Hay que saber también que no siempre podemos tener la certeza absoluta de estar haciendo la voluntad de Dios. Habrá de repente tiempos de "tantear" en la vida espiritual, tiempos de búsqueda, de interrogación sobre nuestras decisiones, sin que tengamos siempre una respuesta inmediata. La respuesta llegará algún día si tenemos buena voluntad, pero se necesita tiempo. 
Por otra parte, Dios quiere que nos mantengamos pobres y pequeños, siempre con deseos de progresar. Si alguien tuviera permanentemente la certeza total de hacer la voluntad de Dios, podría tener el riesgo de caer en un cierto orgullo o presunción, de estar demasiado seguro de sí mismo; a veces es mejor para nosotros vivir en una cierta pobreza e incertidumbre, guardando simplemente la buena voluntad. Dios nos da siempre luz para las decisiones esenciales, pero eso no impide que haya una parte de oscuridad o de interrogación en la comprensión de su voluntad.

Otras veces puede haber razones psicológicas que hacen que, aunque estemos en la voluntad de Dios, el corazón no logre sentir paz: un temperamento escrupuloso o demasiado inquieto, un periodo de depresión o de angustia, etc.
De todo esto se derivan las siguientes consecuencias prácticas:
Cuando estamos en una paz estable y profunda, en general es signo de que estamos en la voluntad de Dios. Pero hay que cuidar no caer en la presunción; debemos mantenernos humildes y pequeños, sabiendo que no estamos exentos de buscar comprender y cumplir cada vez mejor esta voluntad de Dios. Hay que estar siempre en búsqueda... No con inquietud y tensión, obviamente, sino con confianza y paz, deseando siempre y con fuerza avanzar.
- Si no se tiene esta paz hay que intentar comprender por qué. A veces puede significar que no estoy en la voluntad de Dios. Otras veces quiere decir que tengo demasiados escrúpulos, o que estoy en una fase de prueba o de combate espiritual. Y otras veces es el demonio quien, para inquietarme y desmotivarme, me acusa sin un motivo verdadero (en la Escritura, el demonio se llama "acusador de los hermanos").
- Cuando no logremos ver claro por nosotros mismos, es bueno pedir consejo a un orientador espiritual que pueda ayudarnos en nuestro discernimiento. Cuando nos abrimos a una persona que conoce la vida espiritual, en general es bastante fácil descubrir si la falta de paz viene de una infidelidad a Dios o de otra causa.
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El contenido de este artículo puede reproducirse total o parcialmente en internet, sin fines comerciales y citando siempre al autor y la fuente de la siguiente manera:
Autor: P. Jacques Philippe; Publicado originalmente en   http://www.la-oracion.com

lunes, 17 de junio de 2013

EL ZAPATERO



El Zapatero


La historia cuenta que había un zapatero que no podía cubrir sus mínimas necesidades con lo que ganaba en su trabajo.

Un día llego Jesús y le pidió que le arreglara sus sandalias, que estaban muy deterioradas. Jesús le dijo: te puedo dar lo que quieras si me las arreglas. El zapatero lo miró con desconfianza y le dijo: ¿Me puedes dar tú el millón de dólares que necesito para ser feliz?

Entonces Jesús le dijo: Te puedo dar 100 millones de dólares, pero a cambio tendrías que darme tus piernas.

El zapatero respondió: ¿De qué me sirven 100 millones si no tengo piernas?

Pero Jesús insistió: Te puedo dar 500 millones de dólares, si me das tus brazos.

¿Pero Señor qué puedo hacer con 500 millones y sin brazos?, ni siquiera podría comer solo.

El Señor le habló de nuevo y dijo: Te puedo dar 1.000 millones si me das tus ojos.

El zapatero, contestó: ¿Qué puedo hacer yo con tanto dinero si no podría ver a mis hijos, a mi esposa y las cosas bellas de este mundo?

Jesús con una dulce sonrisa le dijo: Tú dices que eres pobre, pero te he ofrecido ya 1.600 millones de dólares y los has rechazado. ¿No te das cuenta lo rico que eres?, que no cambiarías por todo el dinero del mundo las partes de tu cuerpo.

Es importante dejar de ver las riquezas que nos rodean y que no podemos obtener, y agradecer profundamente a Dios por nuestra salud y, sobre todo, por nuestra vida, que son las joyas más valiosas que podemos poseer.

“Él nos da esas riquezas que sólo podemos disfrutar si aceptamos que Él viva en nuestro corazón”

Ahora, pensemos en esto: ¿qué debería ser lo más importante para nosotros? ¿Tener riquezas?...No.

En realidad, tu posees algo mucho más valioso que un carro, una lujosa casa o mucho dinero ¿sabes que es?... La vida. La vida es lo más importante porque sin ella no puedes hacer nada. Pero tu vida depende de que hagas lo que le agrada a Dios, ¿no es cierto?

Jesús, en su paso por esta tierra quería enseñar la lección de que hay algo más importante. Por eso relató la historia de un hombre que se olvido de Dios. ¿Te gustaría conocerla? Te invito a leerla en Lucas 12: 13-21. Ahora meditemos un poco acerca de ella: Verdad que tú no quieres ser como aquel hombre rico insensato que atesoro tesoros y se olvidó de Dios? Para él lo más importante en la vida era conseguir bienes materiales. Ese fue su error, siempre quería más. Muchas personas son como aquel hombre, siempre quieren más. Sin embargo, eso puede causarles problemas.

Los seres humanos somos tan inconformes; quizás tengas el alimento para cada día, ropa que ponerte y un lugar donde vivir. Pero quieres mucha ropa y casas más grandes. Todo eso cuesta dinero. Así que trabajas mucho para ganarlo y cuanto más dinero tienes más quieres tener.

Algunos trabajan tanto para ganarlo, que no les queda tiempo para dedicarlo a su familia ni tampoco a Dios. Puede mantenerlos vivo su dinero?...No. Pueden usar su dinero después de morirse?... No, porque los muertos no pueden hacer nada en lo absoluto (Eclesiastés 9: 5-10). 

Esto no significa que tener dinero sea malo…No. Con el podemos comprar alimentos y ropa. La Biblia dice que sirve de protección (Eclesiastés 7:12). Pero si amamos el dinero, entonces si tendremos problemas. Seremos como el hombre rico que guardo tesoros para si mismo, pero no fue rico para con Dios.

Y… ¿Cómo se hace uno rico ante Dios? Pues, mira, el Reino de Dios viene a la tierra cada vez que una persona realiza un acto de amor, de perdón, de amabilidad, de servicio, de ayuda desinteresada.

Así que, entiendo que ¨Ser rico para Dios es recibir de él, como regalo inmerecido, un amor que nos capacite para amar a los demás, y cada acto de amor que realicemos por pequeño que sea, será un deposito en la cuenta para ser ricos ante Dios.

Tratemos, pues, de ser ricos para con Dios, haciendo lo que a él le agrada. Eso le gusta a Dios. Te sugiero que empieces por leer la Biblia, ir a las reuniones cristianas, orar a Dios y ayudar a otras personas a que aprendan de él. Esas cosas son las más importantes en la vida. Jesús era rico para con Dios, y por eso Dios lo cuidó. Lo recompensó con vida eterna…¨Siempre hago las cosas que le agradan¨ (Juan 8:29).

Si somos como Jesús, Dios nos amará y nos cuidará también a nosotros. Por lo tanto, imitemos a Jesús, y nunca al hombre rico que se olvidó de Dios.




WENDY LA NIÑA DE TUS OJOS.




lunes, 10 de junio de 2013

MI REGALO DE MADRES




DISFRUTANDO DE ESTE HERMOSO REGALO DE LAS MADRES QUE ME OBSEQUIO MI AMADO PADRE.  

GRACIAS ABBA....
 BENDITO Y ALABADO SEAS POR SIEMPRE!!!!!

 Muchas veces creemos que para reconocer la Presencia de Dios en nuestras vidas tienen que ocurrir cosas extraordinarias, y cuando suceden estas cosas no dejamos de afirmar que Dios está con nosotros siempre. 

Jesús dijo: "También les aseguro: pidan y se les dará, busquen y encontrarán, llamen y se les abrirá; porque el que pide recibe, el que busca, encuentra y al que llama se le abre" (Lucas 11,9-10).

Cuando se acercaba el Día de las Madres le comentaba a mi marido y a mi niña que lo que yo quería de regalo era para "mi solita".  Realmente no sabía qué pedir, porque para la Gloria de Dios, soy una mujer privilegiada y amada por El, por lo tanto siempre estoy agradecida y feliz de los presentes que recibo en este día.

Nos pasamos la semana entera comentando cuál sería este fabuloso regalo.  Entre los dos comenzaron sus ofrecimientos, mi marido me invitó a un resort y le dije que no, pues allí estaríamos disfrutando todos y el regalo que quería era para mi solita.  Me invitó a un restaurante, le contesté por igual, es que allí comemos todos juntos y podemos ir cualquier día.  Me ofertó dinero para comprar algún antojo, lo rechacé porque al final invierto el dinero en todo menos en mi, las mujeres piensan primero en los hijos, el marido y la casa, al final en nostras mismas.

Por las mañanas divertía a mis amistades del colegio de mi hija con estos comentarios y una de ellas me dijo, -Oye, pero que egoísta eres, una mujer cristiana no se expresa de esa manera, tienes que compartir y conformarte con lo que te regalen y punto. Le repetí lo mismo una y otra vez demostrando con mis justificaciones que el regalo era para mi solita y lo tomé a broma.

Estando en casa, me puse a pensar en la palabra egoísta y cuando llegó el momento de hablar con Dios, en mi monólogo le preguntaba si realmente con esta petición yo estaba siendo una persona egoísta. Esa palabra me hizo recordar que tengo tanto que agradecer y tan poco que pedir.

De una manera jocosa le comenté a mi Padre que de verdad quería un hermoso regalo de madres y que me haga sentir lo especial que soy para El. En ningún momento especifiqué lo que quería, ya que acostumbro a pedir que se haga siempre Su Voluntad en mi vida y no la mía.

Una semana antes de la celebración del Día de las Madres, mi marido y yo asistimos a la Fiesta de la Confraternidad de mi amada Parroquia Divino Niño Jesús.  Fue una noche maravillosa, de encuentros fraternos con nuestros hermanos de comunidad, con la excelente presencia de nuestro párroco el Padre Lucas. 

El ambiente estaba espectacular, muy variado: oramos, comimos, bailamos, cantamos, compartimos alegre y sanamente, hasta que decidimos retirarnos a una hora prudente y dejamos nuestros boletos de la rifa a unos hermanos que se quedaron disfrutando mas tiempo.

Al otro día me llama mi amiga histérica de alegría, -pues aquí viene lo bueno-, mi marido se ha ganado una comida en un restaurante para dos personas, yo no lo podía creer, nos alegramos muchísimo y hacíamos comentarios del éxito de la fiesta.

Luego interrumpe mi risa y me dice -Espérate....a la verdad es que tu eres una mujer dichosa. Le confirmaba que si, sin saber que lo mejor faltaba por decírmelo, y dijo entre risotadas - Tu te sacaste como premio un pasadía en un Spa...... 

WAO!!!!!!!!!! ESE ES EL REGALO QUE PEDI A DIOS PARA MI SOLITA!

Me puse a llorar de felicidad y a darle las gracias a Dios por tanto amor. Repetía entre sollozos: gracias Padre, gracias mi Señor, gracias por escucharme en lo sencillo, en lo cotidiano, en la humildad, en la fidelidad, en la obediencia, en la debilidad.  Gracias por estar vivo en mi, por cumplir tus promesas de nunca dejarnos solos.  Gracias por enseñarme a encontrarte dentro de mi y dejarme seducir por Ti.  Jesús eres maravilloso!!!!!!! 

Guardé silencio como lo hizo la Virgen María, solo le comenté a tres personas hasta que disfrutara de este gran regalo como lo hice hoy. Gracias mi Abba.


Además, quiero decirte que no busques fuera lo que tienes dentro. 
Jesús habita en tu corazón por siempre, esa es su promesa:

Yo estoy con ustedes todos los días hasta el fin de la historia (Mat. 28,20) 

Haz la prueba: Si decides buscar el Amor de Dios dentro de tu corazón lo encontrarás.

Joselin Richart



viernes, 7 de junio de 2013

COMO SE ORIGINA LA AMARGURA




Este era un muchacho que tenía muy mal carácter. Su padre, un hombre bastante sabio le dio una bolsa repleta de clavos y le dijo: cada vez que sientas algún enojo, resentimiento contra alguien ve hacia esa puerta y añádele un clavo¨.

El primer día el muchacho clavó 37; los días siguientes, a medida que aprendía a controlar la ira, notaba que eran menos los clavos que ponía en la puerta. Descubrió que era más fácil controlar su genio que clavar clavos detrás de la puerta. Llegó el día en que no necesitó clavar más y se lo informó a su padre, éste le hizo una sugerencia: que retirara un clavo cada día que lograra controlar su carácter.


Los días pasaron y el joven pudo anunciar a su padre que no quedaban más clavos para retirar de la puerta... Su padre lo tomó de la mano y le pidió que observara ésta y le dijo: "has trabajado duro, hijo mío, pero mira todos esos huecos que quedaron en la puerta. Nunca más será la misma. Cada vez que te llenas de ira y pierdes la paciencia, dejas cicatrices exactamente como las que aquí ves. Puedes insultar a alguien y retirar lo dicho, pero del modo como se lo digas dejaran cicatrices que perduraran para siempre.



REFLEXIONEMOS:


Ningún ser humano puede vivir con amargura porque la amargura es veneno contra el alma y que el perdón acarrea la sanidad de Dios en nuestra vida. Textos (Mateo 18: 21-22) (Efesios 4: 31-32)

Ninguna persona puede ser un mensajero de paz llevando amargura en su corazón, porque la amargura es veneno para el alma. Y un mensajero de paz, debe establecer la paz en su hogar, en su trabajo, en la iglesia, en cualquier lado donde se encuentre.


La amargura, puede transformar completamente el carácter de una persona: habrá en él: Dureza, severidad, rencor y odio, y por lo tanto, no será posible que su rostro, su corazón, su alma, todo su ser, reflejen la paz de Jesucristo. En vez de ser un mensajero de paz, será un mensajero de la amargura.


El veneno de la amargura se manifiesta al hablar ya que el tema de conversación será las ofensas y las heridas sufridas. La amargura produce en la persona los deseos de venganza en contra de aquellos considerados como los causantes y responsables de la herida.


La raíz de amargura se detecta, primeramente a través de lo que la persona dice y luego, en sus actitudes y acciones. Un espíritu amargo es difícil de tolerar, a menos que uno mismo lo posea.



COMO SE ORIGINA LA AMARGURA?


La palabra amargura significa: Aflicción, sinsabor, disgusto, pesadumbre, melancolía. Y se origina cuando se recibe una ofensa y no se perdona. Esto se traduce en ira. Posteriormente, la Ira se traduce en resentimiento. Y el resentimiento da lugar a la amargura. Si la amargura no la eliminamos, le dará paso a la depresión.


De allí que la Biblia, como manual de la vida, nos invita a perdonar cuando hemos recibido una ofensa.


¨El apóstol Pedro, le pregunto a Jesús: ¿Cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete? Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino aún hasta 70 veces siete (Mateo 18:21-22).


El apóstol San Pablo escribió en su epístola a los cristianos de Efeso, lo siguiente: Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería, calumnias y toda malicia. Más bien, sean bondadosos y compasivos unos con otros, y perdónense mutuamente, así como Dios los perdonó a ustedes en Cristo (Efesios 4:31-32).


De acuerdo con el mandato del apóstol, el vivir la vida cristiana no consiste en observar una lista de prohibiciones, sino en cultivar virtudes positivas, desechando las negativas.


La palabra ¨sean¨ es: Sigan demostrando ser benignos o bondadosos. Misericordiosos, significa: De corazón tierno. Perdónense mutuamente: La única manera de perdonar es por medio del perdón Divino que nosotros mismos hemos recibido ya de Cristo.


RECUERDA: Si hemos recibido el perdón, también debemos darlo a los que nos ofenden.




El enemigo quiere tener control de nuestra vida y si la controla también lo hará con todos los de nuestra casa. Por eso el escritor del Cantar de los Cantares declara que hay que poner tablas de acero para reforzar tu puerta, esa puerta somos nosotros. Cuando el enemigo te controle a ti con depresión, con odio, con deseos de abandonarlo todo, no tengas la menor duda de que todos en la casa serán controlados por él. El diablo controló a Eva, y también cayó Adán y cayeron sus hijos. Tenemos que darnos cuenta de que todos dependen de nosotros en nuestra casa, por ello debemos ser extremadamente cuidadosos en lo que dejamos entrar por esa puerta. Cuidadosos con quién conversamos y a quién escuchamos.

Eva perdió el paraíso, algo material; perdió a sus hijos, algo emocional; y perdió la relación con Dios, algo espiritual. Cualquier persona, sólo con una de éstas tres cosas que perdiera, sería suficiente para que no deseara seguir adelante. Pero Eva siguió adelante. Aunque hoy la vemos como la mujer caída, la culpable de que la humanidad este así, Dios no la vio de la misma manera. Aunque tuvo que pagar consecuencias por su pecado, Dios no la borró de su plan de amor. Tampoco lo va a hacer con nosotros. Ella perdió muchas cosas, pero nunca perdió el amor de Dios. Cuando sintamos que alguien quiere hacernos caer no echemos a esa persona la culpa, es el enemigo que la está utilizando para hacernos desfallecer y cuando veamos a una persona en esa condición ayudemosla a levantarse, no sabemos la razón del por que actúa de esa manera, pero siempre la hay...Bendiciones!!!



FUENTE:  WENDY LA NIÑA DE TUS OJOS