jueves, 2 de septiembre de 2021

LANZA LAS REDES EN NOMBRE DE JESUCRISTO.


Mientras escuchaba la homilía por la plataforma virtual de Magdala.org, por el Párroco Alvaro Maria Garcia, L.C. quise compartir el contenido de la misma, pues ha sido de mucha inspiración para mi recordar las tantas veces que el Señor nos invita a no tener miedo y remar mar adentro. 

El Evangelio de hoy 2 de septiembre, Lucas 5, 1-11, nos recuerda la pesca de Pedro y la confianza puesta en la palabra y en el nombre de Jesús:

1.Cierto día la gente se agolpaba a su alrededor para escuchar la palabra de Dios, y él estaba de pie a la orilla del lago de Genesaret. 

2.En eso vio dos barcas amarradas al borde del lago; los pescadores habían bajado y lavaban las redes. 

3.Subió a una de las barcas, que era la de Simón, y le pidió que se alejara un poco de la orilla; luego se sentó y empezó a enseñar a la multitud desde la barca. 

4.Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: «Lleva la barca mar adentro y echen las redes para pescar.» 

5.Simón respondió: «Maestro, por más que lo hicimos durante toda la noche, no pescamos nada; pero, si tú lo dices, echaré las redes.» 

6.Así lo hicieron, y pescaron tal cantidad de peces, que las redes casi se rompían.

 7.Entonces hicieron señas a sus compañeros que estaban en la otra barca para que vinieran a ayudarles. Vinieron y llenaron tanto las dos barcas, que por poco se hundían. 

8.Al ver esto, Simón Pedro se arrodilló ante Jesús, diciendo: «Señor, apártate de mí, que soy un hombre pecador.» 

9.Pues tanto él como sus ayudantes se habían quedado sin palabras por la pesca que acababan de hacer. 

10.Lo mismo les pasaba a Santiago y a Juan, hijos de Zebedeo, compañeros de Simón. Jesús dijo a Simón: «No temas; en adelante serás pescador de hombres.» 

11.En seguida llevaron sus barcas a tierra, lo dejaron todo y siguieron a Jesús."

Evangelio según San Lucas, 5 - Bíblia Católica Online

Mar de Galilea, Tiberíades


Homilía: Ayer en la noche, leyendo el pasaje del Evangelio, precisamente a orillas del ese mismo Lago, ya había oscurecido, en un ambiente de mucha paz y serenidad, me imaginaba a Simón Pedro y su hermano Andrés, y la otra barca de Santiago y Juan que salían para trabajar, y pasar toda la noche pescar, era su faena, su empresa, se ganaban la vida, eran socios. 

Ellos no se imaginaban que al día siguiente regresarían a la orilla con las redes mojadas, vacías, quizás rotas, no habían pescado nada, estaban desembarcando, lavando y remendando las redes, cuando de repente llega una multitud de personas que quieren escuchar las enseñanzas y la palabra de Jesús, y Jesucristo emplea la barca de Simón Pedro como púlpito, como plataforma, desde la cual, sentado, se dirige a la multitud y les va enseñando con calma, de lo fundamental, del Reino de los Cielos.

Después que termina sus enseñanzas le pide a Pedro que reme mar adentro, en latín, Duc in Altum, nombre que tiene la iglesia en  Magdala.  Jesús le dice a Pedro Duc in Altum  rema mar adentro, no tengas miedo, lanza las redes para pescar. Esto es lo que tenemos que hacer nosotros en esta vida, el Señor te dice Duc in Altum, tienes una travesía que realizar en tu vida, zarpamos cuando nacemos y llegamos hasta la otra orilla cuando morimos. En el momento que hemos nacido, que hemos zarpado, es que inicia nuestro viaje de la vida, tenemos que navegar superando obstáculos y dificultades para poder llegar a la otra orilla, a la orilla de la eternidad, la del Reino de los Cielos.
No hay vuelta atrás, tenemos una sola vida, una sola travesía, y en el camino nos podríamos hundir, podríamos naufragar, quien quiere fracasar, por nuestra fe por nuestra creencia, queremos con la ayuda de Dios llegar a la orilla, al Reino de los Cielos, para gozar allí por toda la eternidad

Sin embargo el Evangelio nos deja una enseñanza cuando Pedro, Andrés, Juan y Santiago, trabajan con sus propias fuerzas no recogen fruto, sin embargo, cuando Pedro dice en tu nombre lanzaré la red, aquí esta la diferencia.
En nombre de quién hacemos nosotros las cosas?, en nuestro propio nombre?, para nuestra propia vanidad?, para nuestra propia realización?, para esperar reconocimiento, aplauso?,  y seamos tomados en cuenta y en consideración?, o mas bien, hacemos las cosas en nuestra vida en nombre de Jesús. 
En tu nombre lanzaré las redes dice Simón Pedro, y el Señor lo bendijo con una pesca abundante. Los frutos llegan cuando depositamos nuestra fe y nuestra confianza en el Dios nuestro Señor, pero para  eso hay que romper las amarras,  hay que zarpar, dejar esas falsas seguridades que da estar en un  pedazo de tierra.
El mar encierra misterios, en el mar nos sentimos inseguros, continuemos adelante mirando siempre a Jesús que nos dice Duc in Altum, rema mar adentro en Jesús, sin miedo, lanza las redes para pescar y sigamos este viaje hacia la eternidad, es lo que quiere el Señor, recibirnos, esa es nuestra misión. 

Busca las cosas del cielo, no las del mundo que son pasajeras. El Señor nos espera para darnos la recompensa eterna. Que así sea.