Rezar de rodillas no es un símbolo de esclavitud ni indigencia sino una
manera de reconocer los propios límites y la necesidad de Dios.
El hombre por naturaleza es religioso
Así es, es homo religiosus, como es homo
sapiens y homo faber. El deseo de Dios está inscrito en el corazón del hombre.
Los hombres de todas las épocas, desde
la era digital hasta las cavernas, han buscado a Dios en la oración para
dar sentido a sus vidas.
El hombre lleva en sí una sed de
infinito, una nostalgia de eternidad, una búsqueda de belleza, un deseo de
amor, una necesidad de luz, que lo empuja hacia lo Absoluto; el hombre lleva en
sí mismo el deseo de Dios.
¿Cómo definimos la oración?
La oración, antes que una práctica o
fórmula, es una postura interior, antes un acto de culto o unas palabras, es un
modo de ser ante Dios... Rezar significa sentir el sentido del mundo
fuera del mundo.
"La dinámica de orar de rodillas
significa postrarse declarando nuestro límite y manifestando la necesidad de
Dios."
En la experiencia de la oración, la
criatura humana expresa toda su conciencia de sí mismo y a la vez dirige toda
su persona hacia el Ser delante el cual se está.
La oración, que es apertura y elevación del corazón de
Dios, se convierte en relación personal con el Señor
Papa emérito Benedicto XVI,
audiencia general de 11 de Mayo de 2011:
Ahora, te invitamos a que tomes una
imagen de Jesús -te sugerimos una donde él muestre su rostro-, luego te pongas
de rodillas y comienza a dialogar con el Él como con un amigo. A Continuación
te dejamos este pequeño diálogo que puede servirte para este propósito:
Señor mío, Jesús mío, en medio de todas
las situaciones complicadas de mi vida que me anclan a un abismo de pasado y
dolor, allí llegas Tú a acudir en mi rescate. Aun no comprendo ni comprenderé
jamás ese inmenso amor con el que me amas y me perdonas. Eres tan generoso,
siempre fiel y cumplidor de tus promesas.
Yo aquí, como tullido por mis propias
faltas, por mis pecados y errores, atado a muchas angustias y depresiones. Por
eso, hoy acudo a ti, el gran Médico de médicos para escucharte y quedar sano
con tu palabra. Siempre me perdonas y me invitas a dejar la mala vida. Me has
dejado el Sacramento de la reconciliación para poder contar con tu misericordia
cada vez que la necesite. Quiero seguir creciendo en santidad y para eso
necesito de tu luz y tu apoyo.
Señor mío, en Ti encuentro la fuerza
para salir de esta condición estática y paralizante que nublan mis sentidos.
Pongo toda mi esperanza en Ti. Sana mi corazón con tu misericordia y dame tu
gracia para seguir avanzando y ser feliz. Confío en que ahora estás pasando tu
mano sanadora sobre este servidor. Te amo y confío en Ti que eres siempre fiel.
Amén
|
Porque he decidido poner mi confianza en alguien que no puedo ver, pero si puedo sentir!!!