martes, 15 de marzo de 2022

BENDIGAMOS A NUESTROS HIJOS



Me encontré este articulo del Padre Guillermo Serra, y lo comparto, porque yo desde hace años, al levantarme, me acerco a la habitación de mi hija y hago una oración que está publicada en el libro "El Poder de los Padres que Oran".

La Iglesia nos enseña que cada hogar es una Iglesia Doméstica, la forma más sencilla y original de la gran Iglesia universal. En el hogar, los papás representan a Jesús no sólo para gobernarlo con amor, sino para enseñar a sus hijos el Evangelio con el ejemplo y la palabra, y para santificar a sus hijos con la oración familiar y con los sacramentos de la Iglesia a los que los acercan.

Todos los bautizados participamos del sacerdocio de Cristo, tenemos el sacerdocio laical que complementan los sacerdotes ordenados con su sacerdocio ministerial. Los papás ejercen su sacerdocio laical cuando se casan, ya que ellos –y no el sacerdote– son los ministros de su sacramento del Matrimonio. Ejercen su sacerdocio cuando oran juntos y cuando oran con sus hijos. Ejercen su sacerdocio cuando bendicen a sus hijos.
¡Qué hermoso sería que los papás recobraran la vieja costumbre de bendecir a sus hijos al acostarse o cuando salen de casa! Entre los campesinos de nuestra patria yo he visto a hombres hechos y derechos arrodillarse en plena calle para recibir la bendición de su papás ancianos.
Que los niños exijan a sus papás que los bendigan en toda ocasión y así crecerán entre bendiciones y no entre maldiciones.
Bendigamos en el nombre de Dios para que lo que Dios diga de los niños se cumpla en ellos.

ORACION:

Señor, yo levanto a mi hija( ) y te pido que pongas un cerco de protección alrededor de ella. Protege su espíritu, su cuerpo, su su mente y emociones de cualquier mal o daño. Clamo en especifico por protección de accidentes, enfermedades, lesiones o cualquier otro abuso físico, mental o emocional.

Te ruego que ella haga su refugio "en la sombra de tus alas hasta que pasen los quebrantos" (Salmo 57,1). Guárdala de cualquier mala influencia que pueda venir contra ella. Mantenla a salvo de cualquier peligro escondido y no dejes que ningún arma forjada contra ella pueda prosperar.

Gracias Señor, por tus promesas de protección. Ayúdala a caminar en tus caminos y en obediencia a tu voluntad para que ella nunca salga de tu amparo. Mantenla a salvo en todo lo que ella haga y donde quiera que ella vaya. Te lo pido en el nombre de tu amado hijo Jesús.

Amén!